Cada día, miles de argentinos preparan su café de filtro por la mañana y, sin pensarlo dos veces, tiran los restos húmedos a la basura. Lo que muchos no saben es que pueden convertirse en un valioso recurso para mejorar la salud de las plantas de balcón, jardín o interiores.
Reciclar el café usado como abono natural no solo es una forma fácil y económica de reducir residuos, sino que también aporta nutrientes esenciales al suelo sin necesidad de comprar fertilizantes químicos.
El café contiene nitrógeno, uno de los elementos claves para el crecimiento vegetal, además de pequeñas cantidades de fósforo, potasio y micronutrientes. Usarlo como abono favorece el desarrollo de hojas verdes, mejora la estructura del sustrato y contribuye a la actividad microbiana del suelo.
Pero no todo es simplemente tirar los restos del café de la mañana al cantero, sino que hay algunos pasos básicos que conviene seguir para aprovecharlo al máximo sin dañar tus plantas.