Recetas. Con ingredientes simples y pasos sencillos, este clásico argentino se prepara en minutos y rinde un bizcochuelo esponjoso con costrita crocante.
Las recetas caseras más queridas suelen ser aquellas que combinan ingredientes básicos con resultados que sorprenden. La torta matera con una taza como medida es un ejemplo ideal: se prepara en pocos pasos, no requiere balanza ni batidora eléctrica, y acompaña de forma perfecta cualquier ronda de mate.
Para esta versión práctica, todos los ingredientes se miden con una sola taza común (de las de desayuno). La receta lleva:
2 huevos
½ taza de azúcar
½ taza de aceite neutro
Jugo y ralladura de ½ limón
1 y ½ taza de harina leudante
1 chorrito de esencia de vainilla
(Opcional) 5 cucharadas de leche si la mezcla queda muy espesa
Para la costra crocante que se coloca encima antes de hornear:
4 cucharadas de azúcar
1 cucharada de agua
El contenido se vuelca en un molde número 18, previamente aceitado o forrado con papel manteca. Es clave no llenar hasta arriba, ya que al llevar polvo leudante la torta crecerá bastante.
En un recipiente chico, se mezclan las 4 cucharadas de azúcar con 1 de agua hasta formar una textura tipo arenilla húmeda. Esta mezcla se reparte por encima de la masa cruda antes de entrar al horno.
Se lleva a horno medio, a unos 180°C, durante aproximadamente 45 minutos. La cocción puede variar según cada horno, por lo que conviene pinchar con un palillo a los 40 minutos para asegurarse de que el centro esté cocido.
El resultado es un bizcochuelo esponjoso, con un sutil sabor cítrico por el limón y un aroma suave a vainilla. La costra crocante de azúcar en la parte superior suma textura y un contraste dulce muy sabroso.
Esta torta admite muchas variantes. Algunas personas le agregan chips de chocolate, coco rallado o un toque de canela. También puede reemplazarse el jugo de limón por naranja o usar ralladura de mandarina en invierno.