En el mundo de la jardinería, cubrir una pared con plantas sin que destruyan la pintura puede sonar imposible. Pero existe una opción perfecta para tu jardín.
Una joya de la jardinería que embellece tu jardín sin esfuerzo: una de las pocas plantas trepadoras que no arruinan la pintura ni invaden el espacio.
En el mundo de la jardinería, cubrir una pared con plantas sin que destruyan la pintura puede sonar imposible. Pero existe una opción perfecta para tu jardín.
¿Te imaginás una enredadera que se adhiera suavemente a las paredes sin generar humedad, grietas ni manchas? Aunque parezca un invento, esa planta existe y cada vez más personas la eligen para embellecer muros, cercos y pérgolas de su jardín sin mayores complicaciones.
Se trata del ficus pumila, también conocido como enredadera enana. A diferencia de otras especies que dañan las superficies con raíces agresivas o que requieren podas constantes, esta variedad mantiene un crecimiento controlado, no necesita demasiada atención y ofrece un verde denso durante todo el año.
Lo que más llama la atención es su capacidad de adherencia suave, una habilidad que no deja marcas si algún día decidís retirarla. Además, es ideal para quienes viven en zonas urbanas donde los espacios son reducidos y no querés complicarte con plantas que se descontrolen.
Según un informe publicado por el Departamento de Botánica Aplicada de la Universidad Nacional del Litoral, el ficus pumila tiene una estructura de crecimiento que produce raíces adventicias superficiales, lo cual le permite sujetarse a superficies sin penetrarlas ni dañarlas. Es decir, no afecta la pintura ni genera filtraciones.
Además, la Sociedad Argentina de Paisajismo lo incluyó en su listado de especies recomendadas para uso vertical en muros habitados, destacando su bajo impacto estructural, su función como aislante térmico natural y su escasa necesidad de poda.
Otra ventaja es que esta planta es perenne, lo que significa que mantiene su follaje todo el año. En climas templados como el de gran parte de Argentina, no sufre en invierno y resiste bien el calor del verano si está ubicada en semi sombra.
Instalarla en tu jardín o balcón es muy fácil: basta con plantar un esqueje cerca de una pared, regar con frecuencia las primeras semanas y dejar que haga su trabajo. El ficus pumila crece lentamente al principio, pero una vez adaptado, no necesita poda constante y se mantiene prolijo por sí solo.
Es fundamental que la superficie esté limpia, libre de hongos o humedad previa. Una vez enraizado, es probable que te olvides que está ahí... hasta que un día te sorprende cubriendo todo con un verde perfecto. Además, es compatible con otras plantas ornamentales, por lo que podés combinarlo sin miedo.
En balcones, terrazas o jardines verticales, cumple una doble función: estética y térmica. Hay quienes lo usan para cubrir muros que reciben sol fuerte, ya que reduce la temperatura del interior hasta 5°C, según un estudio del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).