Incorporar este tipo de limpiezas caseras una o dos veces por semana mejora notablemente el sabor del café.
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El café, junto al mate, forma parte de la rutina diaria de millones de personas, pero para que cada taza conserve su sabor y aroma es esencial hacer la limpieza y dónde se acumulan los residuos son aspectos centrales. Uno de los errores más comunes en el uso cotidiano de la cafetera es olvidar de limpiarla regularmente.
Con el paso del tiempo, este electrodoméstico acumula residuos de grasa, aceites del café y restos de agua estancada que pueden alterar tanto el rendimiento del aparato como la calidad del sabor. Una limpieza adecuada no solo evita estos problemas, sino que también prolonga la vida útil del equipo y asegura una experiencia sensorial plena en cada preparación.
Aunque los productos más frecuentes en la limpieza de cafeteras son:
- El vinagre blanco.
- El detergente.
Se advierte que ambos pueden dejar rastros que alteran el gusto natural del café.
Frente a esto existe un método casero más suave y efectivo: el uso de bicarbonato de sodio.
- Este compuesto, conocido por sus propiedades desinfectantes y desodorizantes, permite una limpieza profunda sin dejar residuos químicos ni alterar los aromas. El procedimiento es sencillo:
-Primero se mezcla bicarbonato con un poco de agua hasta formar una pasta.
-Luego se aplica esa mezcla en las zonas con acumulación de grasa o manchas, especialmente en los compartimientos internos y la jarra.
- La mezcla debe dejarse actuar durante varias horas para disolver los restos sólidos o aceitosos que afectan el funcionamiento del aparato.
- Después, se frota con una esponja suave para desprender la suciedad sin rayar las superficies.
- Finalmente, se enjuaga con abundante agua para eliminar cualquier rastro del producto. Este paso es fundamental para que la siguiente preparación no arrastre sabores extraños.
Otra alternativa natural para higienizar el interior de la cafetera es el jugo de limón diluido en agua.
- Se coloca la mezcla en el depósito de agua y se activa el sistema como si se fuera a preparar café. Esto permite que el líquido recorra todas las cañerías internas.
- Luego se desecha el contenido y se repite el proceso solo con agua limpia para enjuagar bien el circuito. El ácido cítrico actúa como desinfectante natural, elimina olores y también ayuda a reducir los depósitos de sarro.
Algunos métodos menos conocidos, pero igualmente eficaces, incluyen el uso de hielo con sal, ideal para limpiar cafeteras de vidrio o acero inoxidable con manchas difíciles, o una mezcla de arroz con agua y unas gotas de detergente suave, que al agitarse desprende los restos acumulados por fricción sin dañar la superficie.
La ventaja principal de estos métodos es que no implican el uso de productos químicos agresivos ni inversiones económicas. Además, pueden aplicarse tanto en cafeteras eléctricas como en modelos manuales o italianas.