La astrología occidental vincula a los signos del zodíaco con los cuatro elementos esenciales: fuego, tierra, aire y agua.
Según la astrología, cada persona nace bajo un signo del zodíaco que está directamente conectado a un elemento: fuego, tierra, aire o agua. Esta relación, definida por la fecha de nacimiento, influye en la forma de pensar, sentir y actuar. Los elementos agrupan a los signos por afinidad energética y revelan rasgos clave de la personalidad.
Cada elemento representa una fuerza de la naturaleza que modela el temperamento y la forma de vincularse. La astrología occidental los clasifica así:
Aries, Leo y Sagitario
Son signos que irradian vitalidad, con una fuerte iniciativa y una presencia imponente. El fuego les da una personalidad valiente, enérgica y entusiasta. Suelen destacar por su capacidad de liderazgo, aunque pueden caer en la impulsividad.
Tauro, Virgo y Capricornio
Los signos de tierra se caracterizan por su paciencia, su sentido común y su disciplina. Están orientados a lo concreto y valoran la seguridad. Tienen los pies sobre la tierra, a veces en exceso.
Géminis, Libra y Acuario
Estos signos destacan por su intelecto, su capacidad de comunicación y su apertura a las ideas nuevas. Les atraen los vínculos sociales y los desafíos mentales. A veces pueden parecer distantes o inestables.
Cáncer, Escorpio y Piscis
Con gran conexión emocional, los signos de agua son empáticos, profundos y perceptivos. Tienden a absorber el entorno y necesitan protegerse emocionalmente. Se expresan mejor a través de los sentimientos que de las palabras.
Los signos del mismo elemento suelen entenderse con facilidad, aunque también pueden potenciar sus desequilibrios.
Fuego y aire suelen conectar bien por su dinamismo. Tierra y agua fluyen con profundidad y constancia.
La combinación entre elementos permite analizar la compatibilidad astrológica en relaciones de pareja, amistad o trabajo.