Juicio a Gil Pereg: delirios gatunos, pruebas psiquiátricas y situaciones extrañas que enfrentará el jurado popular

Con un pronóstico de 32 grados a la sombra, hoy comienza uno de los juicios más extraños, polémicos y mediáticos que haya enfrentado la justicia mendocina: el del ciudadano israelí Gil Pereg (40), acusado de asesinar brutalmente a su madre, Pyrhia Sauroussy (63), y a su tía, Lily Pereg (54), en enero del 2019, en Guaymallén.

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El debate que se realizará entre el 25 de octubre y 3 de noviembre en la sala 15 del flamante edificio del Polo Judicial Penal ha despertado grandes expectativas e incluso especulaciones de todo tipo en relación a cómo puede llegar a terminar (“si es que llega a terminar”, opinan algunos) el capítulo final de la larga historia de este acusado que, en sus delirios –verdaderos para algunos, inventados para otros- se considera un gato.

El caso está calificado como “homicidio agravado por el vínculo” en relación a su madre; y homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego, en el caso de su tía, por lo que arriesga pena de prisión perpetua.

El debate, desde el arranque, presenta características inéditas y muy extrañas, empezando por el imputado: Pereg es un paciente psiquiátrico que desde mayo de 2020 pasa sus días como detenido en El Sauce, hospital donde se le diagnosticó “un cuadro psicopático de base, trastorno delirante y alto riesgo de suicidio”.

Por otra parte, no será un juez el que decida la suerte del israelí, ya que será juzgado en la modalidad de juicio por jurado, es decir que 12 ciudadanos del Gran Mendoza deberán decidir si el imputado –un hombre de una personalidad más que “intensa”, que ha llegado a emitir maullidos en algunas situaciones de tensión- es culpable o inocente.

Del comportamiento que tenga Pereg ante el jurado popular dependerá cómo será el desarrollo del debate durante el cual, el hombre deberá ir durante dos semanas desde su cama de El Sauce a la sala de debates. ¿Tendrá energías mentales para lograrlo?

Desde el Poder Judicial adelantan que “el juicio se hace sí o sí”, indicando que, ante cualquier inconveniente o indisciplina, será sacado de la sala. ¿Pero se puede hacer un juicio sin el acusado presente? Sí, sí, en casos especiales, aunque luego debe explicársele qué pasa en la sala. “Una opción sería que vea el debate a través de una videoconferencia, desde el hospital o desde alguna sala del Polo”, dicen desde la organización.

Una situación distinta –advierten desde otro sector- es que el debate deba suspenderse –por horas o días- si el paciente “se descompensara física o emocionalmente”. “Esa situación se dio en una audiencia y el juez la suspendió, se lo envió a El Sauce y después volvió”, advierten desde Tribunales.

A la hora de especular, algunos abogados consultados dicen que la situación se puede poner “tórrida” en la primera jornada del debate, este lunes, cuando Pereg sea llevado a la sala para que Fiscalía de Homicidios, representada por su jefe, Fernando Guzzo y la fiscal Claudia Ríos, y los defensores Maximiliano Legrand, Lautaro Brachetta y Sebastián Garro deban seleccionar a los jurados. La situación, controlada por la jueza técnica Laura Guajardo, podría desbordar al paciente-imputado, aventuran algunos; en tanto que otros sostienen que el momento de “máximo voltaje” será al final, cuando Pereg deba escuchar el fatídico “culpable” o el liberador “inocente”.

Otra instancia que se presta a la polémica es si el acusado del doble asesinato de las israelíes decide declarar o bien se abstiene. Por lo pronto, desde la defensa indican que Pereg no desea declarar. Pero su derecho a hablar estará abierto durante todo el debate, tal como lo establece la ley.

La discusión central

En cuanto al debate en sí, el jurado popular deberá analizar las pruebas que le presenten las partes pero la discusión central que plantearán las partes es si el hombre puede enfrentar un juicio o es inimputable; o bien si al momento de los crímenes, comprendió lo que hacía o bien o era víctima de un brote psicótico.

Esas, se espera, serán las posiciones contrapuestas que postularán fiscalía de defensa respaldándose en las pericias psicológicas y psiquiátricas realizadas por los profesionales de la salud que han trabajado en caso y serán parte de los 47 testigos que desfilarán por la sala del Polo Judicial.

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Los jurados escucharán distintas patologías tales como “parafrenia”, “alucinaciones”, “delirios”, “psicosis”, “paranoia”, “fobia al agua” y “licantropía”, en boca de los psiquiatras y psicólogos del Servicio Penitenciario, del hospital El Sauce y del Cuerpo Médico Forense.

También declarará en calidad de perito de la defensa Mariano Castex, un reconocido psiquiatra y profesor de Filosofía, catedrático e investigador que ha participado como perito de parte en la investigación por la muerte del fiscal Alberto Nisman y en el recordado crimen de Marcos Schenone a manos de empresario gastronómico Horacio Conzi.

Y como una suerte de “frutilla de la torta” será la relación entre Pereg y los míticos personajes que viven en su frondosa imaginación: el señor Balthus, un gato de 500 años que se le aparece en algunos momentos y los temibles Ghoulies, unos monstruitos que caminan como “las criaturas de dos patas” (los hombres) y viven en los agujeros de los baños”.

Esto por no hablar de la directa identificación de Pereg con los gatos: “Yo soy un gato. Soy un gato verdadero, pero gato convertido, en cambio mis hijos son gatos que nacieron como gatos”, llegó a decir durante una entrevista con Castex.