Con apenas 45 años, el ucraniano Mykola Bychok se prepara para uno de los momentos más trascendentales en la vida de un cardenal: ingresar al cónclave que elegirá al próximo papa.
El ucraniano Mykola Bychok, de 45 años, es el más joven del grupo de cardenales con derecho a voto. Fue bendecido por Francisco en diciembre pasado.
Con apenas 45 años, el ucraniano Mykola Bychok se prepara para uno de los momentos más trascendentales en la vida de un cardenal: ingresar al cónclave que elegirá al próximo papa.
Desde Melbourne (Australia), donde ejerce como obispo, viajará a Roma para convertirse en el miembro más joven del grupo de cardenales con derecho a voto, tras el fallecimiento del papa Francisco el lunes pasado.
Bychok recibió el birrete rojo de manos del propio Francisco el 7 de diciembre de 2024, en el último consistorio presidido por el pontífice.
Su nombramiento fue sorpresivo no solo por su edad, sino también por su humildad: al día siguiente, en declaraciones a la cadena australiana ABC, confesó que nunca imaginó llegar tan lejos. “A esta edad pensaba que solo iba a ser un simple redentorista. Ser sacerdote y ya”, dijo.
Pero su compromiso pastoral y su postura firme frente a la guerra en su país lo pusieron en el radar del Vaticano.
Bychok denunció públicamente la invasión rusa como un genocidio y prometió ser un cardenal “flexible, santo, accesible y sin eminencia”.
Además, pidió a los fieles que recen por los cardenales electores: “Que el Espíritu Santo ilumine nuestros corazones y mentes para que podamos elegir un candidato digno como el 267° obispo de Roma”, escribió en sus redes sociales.
El camino de Bychok al Vaticano se da justo 20 años después de su ordenación sacerdotal. En su mensaje de despedida antes de viajar, recordó que en diciembre le pidió al Papa que orara por Ucrania, pero que ahora será él quien rece “para que el difunto pontífice interceda ante Cristo por los pueblos de Australia y Ucrania” y por la gracia de poder cumplir su nueva misión.
Si bien será el más joven del cónclave, el contraste con los más veteranos del Colegio Cardenalicio es notorio. Los purpurados más ancianos son el italiano Ángelo Acerbi y el argentino Esteban Estanislao, ambos de 99 años, aunque no participarán del cónclave por superar el límite de edad (80) impuesto por la normativa vaticana.
Entre los cardenales con derecho a voto, el más longevo es el español Carlos Osoro Sierra, de 79 años y arzobispo emérito de Madrid.