Tras la muerte del Papa Francisco, crecen las dudas sobre el funcionamiento económico del Vaticano. ¿Cuánto cobran realmente los cardenales?
En medio de un contexto histórico marcado por la muerte del Papa Francisco, la atención sobre el funcionamiento del Vaticano creció con fuerza. Muchas personas, incluso dentro de la Iglesia católica, se preguntan cómo se financia la estructura vaticana y si sus figuras religiosas cobran un sueldo o si viven sólo de donaciones y beneficios espirituales.
La realidad es que el Papa no cobraba un sueldo. Lo confirmó él mismo en una entrevista con Jordi Évole: “Yo no cobro, no tengo un salario del Vaticano. Cuento con lo que necesito, nada más”.
Lo mismo sucedía con sus antecesores. Pero esto no aplica para los demás miembros del clero que trabajan en la Curia Romana.
En particular, los cardenales, que son quienes eligen al nuevo Papa en el cónclave, sí reciben un salario mensual. El monto ronda entre los 4.000 y 5.000 euros.
Además de ese ingreso fijo, acceden a viviendas subsidiadas dentro del Vaticano, asistencia médica sin costo, y productos básicos a precios considerablemente más bajos. No pagan alquiler, ni servicios, ni cobertura de salud.
El modelo económico del Vaticano es bastante complejo. Se sostiene con ingresos que provienen de múltiples fuentes: donaciones de fieles de todo el mundo, el histórico Óbolo de San Pedro, el turismo religioso, inversiones inmobiliarias, y hasta la venta de monedas y sellos conmemorativos.
La Santa Sede administra un presupuesto que incluye los sueldos de cardenales, obispos, sacerdotes y empleados laicos. Desde hace años, el Vaticano es cuestionado por la opacidad de sus finanzas, un tema que el mismo Francisco trató de corregir con reformas internas.
En 2021, tras la crisis del Covid-19, el Papa aplicó un recorte del 10% en los salarios de todos los trabajadores eclesiásticos. Y en 2024 volvió a ajustar los bonos y complementos salariales, como parte de su intento por sanear las cuentas de la institución.
En este contexto, también se supo que los trabajadores laicos del Vaticano (quienes no son religiosos, pero cumplen tareas administrativas o logísticas) ganan entre 1.300 y 3.000 euros mensuales, cifras parecidas a las que reciben obispos y sacerdotes, que perciben entre 1.500 y 2.500 euros.