La ceremonia, además de histórica, será un delicado ejercicio de diplomacia global. Milei y Trump confirmaron su asistencia. Cómo será la tumba del Sumo Pontífice.
Fieles rinden homenaje al difunto papa Francisco, en el altar en la Basílica de San Pedro, en la Ciudad del Vaticano
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EFE Así es la tumba de Francisco: una sencilla losa y con la imitación de su cruz pectoral
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EFE Traslado del féretro del papa Francisco a la Basílica de San Pedro
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GentilezaEl mundo será testigo este sábado 26 de abril a un momento histórico: el funeral del papa Francisco. Será un acto cargado de simbolismo, con más de 130 delegaciones internacionales, una decena de monarcas y al menos 50 jefes de Estado presentes en la Plaza de San Pedro. La despedida del pontífice argentino, fallecido el lunes a los 88 años, será también un delicado ejercicio de diplomacia global.
El Vaticano desplegará su riguroso protocolo, afinado tras experiencias complejas como el funeral de Benedicto XVI y la multitudinaria despedida a Juan Pablo II. Las delegaciones serán ubicadas según el orden alfabético en francés, una forma de evitar roces diplomáticos, mientras que los cardenales ocuparán el lado izquierdo de la plaza y los representantes internacionales, el derecho.
Las primeras filas, como es tradición, estarán reservadas a las casas reales católicas -entre ellas los reyes de España, Bélgica, Luxemburgo, Mónaco y Andorra-, seguidas por los monarcas no católicos, como Carlos Gustavo de Suecia y el príncipe Guillermo de Inglaterra.
Detrás, los jefes de Estado, entre ellos el argentino Javier Milei, cuya presencia junto a la comitiva italiana tendrá prioridad simbólica por tratarse del país natal del papa.
En medio de esta coreografía diplomática, se destacó la confirmación de figuras como el secretario general de la ONU, António Guterres, y los presidentes de los principales órganos de la Unión Europea. También se espera la llegada de Donald Trump, quien podría coincidir en la misma fila con Emmanuel Macron, pero a buena distancia del presidente ucraniano Volodímir Zelenski, quien planea regresar a su país inmediatamente después de la misa, sin mantener reuniones bilaterales.
También el presidente brasileño, Lula da Silva, junto a la gobernadora general de Canadá, Mary Simon, y los jefes de Estado de Cabo Verde y Chipre, José Maria Pereira Neves y Nikos Christodoulides, así como el presidente de Ecuador, Daniel Noboa.
El ingreso de las delegaciones se hará por la Puerta del Perugino, donde serán recibidos por el prefecto de la Casa Pontificia, Leonardo Sapienza. Desde allí, personal del ceremonial pontificio los acompañará a sus respectivos lugares en la plaza.
Pero entre tantos trajes diplomáticos, también habrá espacio para los que el papa Francisco siempre abrazó: los pobres y los migrantes.
El Vaticano confirmó que un grupo de personas sin hogar y rescatistas estará presente en los escalones que conducen a la Basílica de Santa María la Mayor, como parte de su último homenaje. No es casualidad: ese será también el lugar donde Francisco descansará.
Lejos de la cripta de San Pedro, donde reposan muchos de sus predecesores, Francisco eligió ser sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor, un sitio con profundo valor espiritual para él.
Allí visitaba regularmente el icono de la ‘Salus Populi Romani’, una de sus vírgenes predilectas. Su tumba estará ubicada en la Capilla Paolina, cerca del altar y junto a la capilla de los Sforza.
La sepultura será sencilla, como su vida: una lápida de mármol en el suelo con la inscripción “FRANCISCUS” y, en la pared, una reproducción de su cruz pectoral, en plata, con la figura del Buen Pastor.
Operarios trabajaban a contrarreloj para dejar el lugar listo, aunque los trabajos estaban parcialmente ocultos por una valla de madera. A través de sus rendijas, se filtraba una tenue luz: la de un descanso merecido.
En esta última ceremonia, cargada de simbolismo, la imagen de Francisco será recordada por igual entre presidentes y los más vulnerables de la sociedad. Como él mismo vivió.