La caída repentina de la presión ambiental le provocó burbujas de nitrógeno en el pecho y los brazos, lo que generó una hinchazón extrema en su cuerpo.
El extraño caso médico de un hombre que presenta deformidades en el cuerpo luego de un accidente mientras buceaba.
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Alejandro 'Willy' Ramos Martínez es un buzo peruano que padece una extraña y grave enfermedad por descompresión, conocida como "enfermedad de la cámara". Esto surge cuando una persona experimenta una caída repentina de la presión ambiental, algo que suele ocurrir en buceadores que hacen inmersiones profundas sin cumplir los protocolos de descompresión.
El accidente que casi le cuesta la vida a Willy tuvo lugar en 2014, mientras buceaba a más de 30 metros de profundidad frente a la costa de Pisco en Perú para recoger mejillones.
Mientras terminaba su jornada laboral en busca de mariscos, un barco que pasaba por la zona rompió su conexión de oxígeno. Esto lo obligó a ascender a la superficie de manera precipitada, cubriendo unos 35 metros de profundidad en tan solo un minuto.
El repentino ascenso provocó burbujas de nitrógeno en el pecho y los brazos. Esta rápida descompresión terminó en un problema médico que se mantiene más de una década después, los médicos solo han logrado eliminar cerca del 30 % de las "enormes pompas" de gas.
"Me salvé de milagro. Doy gracias a Dios porque, bueno, estoy deforme, pero estoy vivo", declaró Willy a la BBC en una entrevista.
El caso de Alejandro Martínez se considera único en el mundo. La enfermedad por descompresión generalmente suele presentar otros síntomas como dolor, daño óseo y articular, e incluso afectar el sistema nervioso, y en casos raros, puede causar parálisis o la muerte. Sin embargo, nadie había sufrido jamás las deformidades que Willy presenta.
Hoy, este hombre mide menos de 1,60 metro, pero tiene bíceps de entre 62 y 72 centímetros de contorno. En cada codo se forma un gran bulto que se une con los hombros, y sus pectorales, muy inflamados, caen sobre un abdomen, espalda, caderas y muslos que también muestran un volumen mucho mayor del normal.
Al factor estético se suman el dolor de huesos, que le impide caminar con normalidad, y el silbido que emite su pecho cada vez que respira.