Javier Milei presentaba “El modelo económico argentino” en el Banco Interamericano de Desarrollo en Washington y el pequeño blooper protagonizó el discurso.
Fotografía de archivo del presidente de Argentina, Javier Milei. EFE/ Juan Ignacio Roncoroni
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El presidente Javier Milei protagonizó un tenso momento durante su discurso en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Washington, cuando el sonido de su teléfono interrumpió su exposición. La situación ocurrió mientras uno de sus asesores transmitía el evento en vivo, molestando al mandatario.
"Es un imbécil mal nacido", sentenció desde el atril, en el marco de su novena visita a Estados Unidos donde participará de una nueva edición de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) y se reunirá con la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI). Ya estuvo con Elon Musk, dueño de X.
Mientras delimitaba los detalles de su discurso titulado "El modelo económico argentino", el mandatario se vio obligado a dejar de leer sus escritos para comentar que había un teléfono celular sonando, informó NA.
"Ese teléfono está terrible. ¿Es el mío, no?", preguntó entre risas, y luego de que uno de sus colaboradores le respondiera que lo llamaban para molestarlo, el libertario sentenció: "Lo hacen a propósito. Es un imbécil mal nacido".
"Llaman porque saben que están interrumpiendo la charla. En algunos casos, a esos simpáticos que están tratando de interferir le decimos cabeza de pulpo, que tiene el aparato digestivo en la cabeza, y la tiene llena de excremento", aseveró.
El auditorio tomó con gracia la escena y luego de reírse del episodio, lo aplaudieron. El aval de los asistentes hizo que el jefe de Estado redoblara la apuesta y recordara el debate presidencial contra el excandidato a presidente, Sergio Massa, en el que cuestionó la presencia de "tosedores" que, según expuso, intentaban arruinar su participación.
"Pero bueno, de Argentina se puede esperar cualquier cosa", sentenció Milei tras recordar aquel momento.
Es de público conocimiento la irritabilidad que le genera al mandatario las interrupciones durante sus discursos. No es la primera vez que lo expone, por lo que considera que sus detractores, al corriente de su malestar, buscaron perturbar su desempeño.