La actriz explicó que disfrutó la entrevista y que la reacción posterior le reveló un nivel de hostilidad que no se correspondía con el tono de la charla.
El regreso de Araceli González a la pantalla de El Trece como invitada en el ciclo de Mario Pergolini reactivó especulaciones sobre su vínculo pasado con Adrián Suar, un foco que volvió a instalarse apenas finalizada la emisión. La actriz, sorprendida por la lectura que hicieron distintos sectores del espectáculo sobre sus comentarios, decidió realizar un descargo en Instagram.
Con ese punto de partida repasó su alejamiento de la escena mediática en los últimos años. Detalló que concentró su energía en el desarrollo de Gara Cosmetic, experiencia que describió como un trabajo exhaustivo que incluyó selección de productos, pruebas prolongadas y supervisión del proceso de fabricación. Afirmó que ese compromiso la mantuvo apartada de la televisión y que recién ahora decidió volver a conceder notas. Relató que, tras salir del estudio de Pergolini, un móvil de LAM la abordó con preguntas centradas en hechos de hace tres décadas, una dinámica que consideró repetitiva y ajena a su presente laboral.
Ese encuentro la llevó a subrayar su frustración por la falta de interés en su actividad actual. Señaló que los periodistas priorizaron referencias vinculadas a un conflicto antiguo por encima de su emprendimiento, algo que interpretó como un síntoma de un ambiente mediático más interesado en el ruido que en el trabajo sostenido. Aun así, recordó que continuará con su agenda televisiva y anticipó su participación en el programa de Mirtha Legrand, donde espera poder exponer con mayor claridad el proceso detrás de su marca.
En ese contexto también habló del modo en que elige manejar su vida privada y de la importancia de preservar su paz, un logro que describió como resultado de un largo recorrido personal. Indicó que evita profundizar en temas que requieren más tiempo del que permite un formato televisivo breve y sugirió que ciertas aristas de su historia permanecen fuera de la discusión pública. Esa reserva, explicó, no responde a evasivas sino a la convicción de que algunos asuntos solo pueden tratarse en espacios adecuados.