Si hay un secreto de buen éxito en la vida, reside en la capacidad para apreciar el punto de vista del prójimo y ver las cosas desde ese punto de vista como si fuera propio.
Todo gobernante debe comprender lo que el pueblo quiere, y preguntarse cómo puedo vincular lo que yo quiero con lo que ellos quieren. Y es fácil, el pueblo sólo quiere paz y bienestar.
Hoy, como ayer, el pueblo quiere volver a saber de qué se trata.
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Si hay un secreto de buen éxito en la vida, reside en la capacidad para apreciar el punto de vista del prójimo y ver las cosas desde ese punto de vista como si fuera propio.
Todo gobernante debe comprender lo que el pueblo quiere, y preguntarse cómo puedo vincular lo que yo quiero con lo que ellos quieren. Y es fácil, el pueblo sólo quiere paz y bienestar.
El gobernante, solo debe despertar y ver esas necesidades. Inculcándole a cada persona la idea de que es capaz o lo útil que puede ser y esa idea lo transformará poco a poco en el individuo útil e indispensable para la sociedad.
Sepa escuchar, aliente al pueblo a hablar de cuáles son sus necesidades y procure solucionar sus problemas, pero no con obsequios. Trate de que se sientan que son lo más importante que tiene, y demostrándoles mucho respeto por las opiniones que poseen.
Deje que ellos hablen más y que crean que cualquier idea que surja es de ellos. Apele a los motivos más nobles. No se ofusque por las ideas que le planteen, y piense que, si usted estuviera en el lugar de ellos, pensaría lo mismo.
Si cree que es necesario cambiar el comportamiento de cierta gente, hay que ponderarle hasta la menor mejora, porque esto hace que quieran seguir progresando, y esa es una forma de estimularlas hacia el triunfo.
Procure que el pueblo se sienta feliz al hacer lo que usted sugiere. Si la gente se siente feliz no tenga ninguna duda que siempre lo apoyará, no se olvide que es el pueblo, al pagar los impuestos, está pagando los sueldos y gastos que ustedes tienen.
* Marta Miller de Arriaga. DNI: 3.046.224.