El Licenciado en Enología Josías Luna ha demostrado un desempeño importante dentro del sector vitivinícola. Su formación académica, su curiosidad científica y su trayectoria laboral lo posicionan hoy como un egresado destacado de la Universidad Juan Agustín Maza.
Actualmente, se desempeña como Técnico Enólogo en Bodega Argento, en Maipú, Mendoza, y cuenta con un recorrido laboral que trasciende fronteras: trabajó como Asistente de Enólogo en Estados Unidos y Chile, y fue parte de equipos técnicos en prestigiosas bodegas de Nueva Zelanda, Cafayate y Mendoza. Cada paso ha aportado una mirada integral sobre los distintos estilos de vinificación, los mercados globales y las prácticas enológicas de distintas regiones del mundo.
Más allá de su inserción laboral, Josías dejó una huella importante también en el plano académico. Su trabajo final de carrera abordó una temática poco explorada en nuestro país: la influencia de la música en la percepción sensorial del vino Malbec.
Un Malbec que suena distinto
Bajo una metodología rigurosa y un diseño experimental, Josías propuso una serie de degustaciones sensoriales realizadas por estudiantes de la UMaza. En ellas, se expuso a los participantes a cuatro tratamientos diferentes: degustar el mismo vino escuchando Jazz, Pop, Rock o sin música. A través de esta dinámica, evaluó si los estímulos auditivos podían influir en atributos sensoriales como el aspecto, la astringencia o la armonía del vino.
Los resultados fueron sorprendentes: cinco atributos del vino mostraron diferencias significativas según el tipo de música. La percepción del color, las notas especiadas, la astringencia y el equilibrio variaron en función del estilo musical que acompañaba la degustación. Además, se midieron las emociones experimentadas por los panelistas, encontrándose, por ejemplo, que bajo tratamientos con Rock y Pop, se elevaba el sentimiento de euforia.
En particular, se observó que la música Rock intensificó la percepción de astringencia, resaltó las notas especiadas y potenció el aspecto visual del vino. Por otro lado, tanto el Jazz como el Pop favorecieron una experiencia más armoniosa, con menor astringencia y una mayor identificación de notas a chocolate, sugiriendo una conexión sensorial más suave y placentera.
Este tipo de hallazgos no solo enriquecen el campo del Análisis Sensorial, sino que también abren puertas al marketing experiencial, ofreciendo herramientas innovadoras para comunicar mejor los atributos del vino en entornos como bares, restaurantes o eventos culturales. La tesis de Josías demuestra que el vino no solo se bebe: también se siente, se escucha y se transforma.
La fusión entre dos mundos
La investigación de Josías Luna nació de un inesperado cambio de Tesina, pero encontró su rumbo en la combinación de dos pasiones. “Durante una noche de desvelo, me puse a pensar cuál podría ser la nueva temática del trabajo de investigación. Quería que fuese algo que me representara como persona, compuesta por distintas pasiones, y ahí fue que vino la idea de Música y Vino”, recuerda. Así surgió su tesina, que explora cómo distintos estilos musicales pueden influir en la percepción sensorial del vino Malbec. La propuesta fue madurando con el acompañamiento académico de la Ingeniera Ana Carla Aruani, profesora de Análisis Sensorial en la Universidad Maza, a quien Josías reconoce como una guía clave en todo el proceso.
La motivación detrás del trabajo fue, según sus palabras, “fusionar los dos mundos que me apasionan y que me representan”. La música y el vino forman parte de su historia familiar: su padre también es enólogo, y su madre, además de psicóloga, cultivó el arte del piano, el canto y la guitarra. Josías, guitarrista desde 2006 y estudiante de enología desde 2012, logró unir esas influencias en una propuesta que no solo refleja su identidad, sino que también aporta una mirada original al análisis sensorial. Con base científica y sensibilidad artística, su investigación demuestra que los sentidos pueden dialogar y potenciarse en experiencias multisensoriales únicas.
Entre la profesión, la fe y el amor
Desde su experiencia como operario en Bodega Lagarde (Mendoza) hasta su participación en reconocidas bodegas como Mount Riley y Villa Maria (Nueva Zelanda), El Porvenir (Cafayate) o Viña William Cole (Chile), Josías ha cultivado un perfil técnico global. También fue parte del equipo de Viña Santa Carolina y Luis Felipe Edwards, ambas en Chile, y en Noisy Water Winery, en Nuevo México (EE.UU.).
Cada paso en su recorrido internacional consolidó su vocación, pero también le regaló momentos personales imborrables. “La profesión fue el puente que me conectó con el mundo y con muchas relaciones significativas”, asegura. Uno de esos momentos ocurrió justo antes de partir a Estados Unidos, en 2021: “Horas antes de subirme al avión me crucé con el amor de mi vida… mi esposa”. Con una mirada agradecida, Josías destaca el rol de su familia, su fe y su formación académica como pilares de su desarrollo: “Gracias a la Universidad por formarme y hoy darme este espacio para compartir mis vivencias; y gracias a Dios porque ha sido mi sustento y guía durante toda mi vida”.
El vínculo entre ciencia, arte y cultura que planteó en su tesis es una muestra más del potencial que tienen las nuevas generaciones de profesionales UMaza. Jóvenes que no solo se adaptan a las exigencias del mercado, sino que aportan innovación, sensibilidad y pensamiento crítico a la industria.