21 de marzo de 2025 - 00:00

Proteger el uso de nuestro idioma

Para todas las expresiones de la vida cotidiana, en la publicidad, en el comercio y en otras actividades, es necesario privilegiar el valioso idioma que nos une, el español. Sin embargo, el aporte de algunos términos en inglés en determinadas actividades, pueden ser admitidas.

Aunque falte todavía un mes para celebrar el Día del Idioma, que es cada 23 de abril por el aniversario de la muerte del genio de las letras españolas, Miguel de Cervantes, volvemos a insistir en la necesidad de privilegiar el uso de nuestra lengua.

En el comercio y en otras actividades proliferan palabras en inglés y también en francés, que se emplean a menudo al nombrar locales de comidas y tiendas para darles categoría de lujo y distinción.

¿Por qué se hace uso y abuso de términos en inglés y no se los traduce al español que es nuestro idioma, dotado de un léxico rico e inagotable?

Creemos que el excesivo uso de términos extranjeros es una necedad porque no siempre los que los usan saben inglés. Por otro lado, nuestro castellano es muy rico y no necesita recurrir a otro idioma. Todo se puede traducir y expresar igual o mejor. Lo peor es que, en ocasiones, con este proceder, contribuimos sin saberlo a desfigurar nuestra bella forma de expresarnos sin beneficio alguno.

Al respecto resulta particularmente difícil encontrar actividad pública o privada que no haya sido alcanzada por hábitos o costumbres como las que describimos.

Quizás más de una vez hayamos usado light para pedir una gaseosa en un restaurante. O en vez de decir "crema contra las arrugas", dijimos anti-age. Esas dos expresiones forman parte de un amplio repertorio de anglicismos reunido por la Real Academia Española (RAE). En la misma línea se pronuncia la Academia Argentina de las Letras (AAL).

Empero, no faltan quienes recomiendan no exagerar, privilegiar ciento por ciento el español, pero no desperdiciar algunas incorporaciones de afuera. Así piensa el expresidente de la AAL, José Luis Moure, para quien “las campañas puristas son contraproducentes ” y señala que muchas palabras del inglés enriquecen o resultan más prácticas. “Al hablante le resulta más rápido hablar del ´mouse´, o decir que algo está ´online´, términos que ya están instalados y corren por todo el mundo” — precisa—. En la Feria del Libro, prefiero referirme al ´stand´, una palabra más alusiva, antes que al ´puesto´, término que puede tener varios significados”.

La impronta parece ser la necesidad de privilegiar nuestro bien dotado idioma, y aceptar las incorporaciones de afuera que mejoren el habla o la escritura.

La propia Fundación del Español Urgente (Fundéu) admite adaptaciones como selfi, que es una adecuación al español de la forma inglesa (cursiva), que empleamos para referirse a las fotografías que uno se toma de sí mismo, solo o en compañía de otros, en general con teléfonos móviles, tabletas o cámaras web.

Propugnamos entonces el uso intensivo del español en la mayoría de las veces y no negamos que se deba admitir cierta tolerancia en los préstamos de voces extranjeras, sobre todo del inglés, por ejemplo, en el deporte.

En el léxico del fútbol primero no se puede obviar el nombre del juego y tampoco el significado de una jugada es está muy incorporada en el sentimiento de los hinchas, como es el “off-side”, o fuera de juego.

Para cerrar este comentario apelamos a una cita del gran actor de radio, cine, televisión y teatro que fue Zelmar Gueñol, fallecido en 1985. En una carta publicada en La Nación, titulada “La corrección del lenguaje”, sostenía: “No estamos contra el proteico aporte natural de metáforas, grafismos, localismos y neologismos, que, acrisolándose, enriquezcan aún más, racional y permanentemente, el patrimonio de nuestro idioma. Pero en esto, como en todo, peligro está en los extremismos.”

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