La historia del mítico estadio Luna Park, emblema cultural de la Ciudad de Buenos Aires, atraviesa uno de sus momentos más controversiales. A pesar de contar con doble protección legal como Monumento Histórico Nacional y bien con Nivel de Protección Estructural en el Código Urbanístico de la Ciudad, un proyecto aprobado en tiempo récord por la Comisión Nacional de Monumentos habilita su demolición total en el interior y la construcción de un nuevo edificio de mayor altura y volumen.
El proyecto fue presentado por la empresa DF Entertainment, propiedad del empresario argentino Diego Finkelstein y con control mayoritario del gigante estadounidense Live Nation Entertainment Inc.. La iniciativa contempla derribar 16.421 metros cuadrados del actual estadio y duplicar su altura, pasando de una cornisa de 17,5 metros a una estructura de 35 metros, incrementando la capacidad de público de 8.400 a 13.000 personas.
El Luna Park ahora es de la Iglesia
Ernestina Lectoure entregó el 95% de las acciones del Luna Park al Arzobispado y la comunidad salesiana tras fu fallecimiento.
Una concesión cuestionada
Todo comenzó cuando el Arzobispado de Buenos Aires y la comunidad salesiana, propietarios del Luna Park, convocaron a un concurso privado para ceder la explotación del estadio por 20 años, con opción a prórroga por otros 20. El proceso fue auditado por la consultora EY y recibió 10 propuestas, entre ellas la de DF Entertainment, que resultó seleccionada por ofrecer el canon más alto, gracias a la proyección de un estadio más grande, aun cuando la normativa lo prohíbe.
El contrato de concesión fue firmado el 16 de octubre de 2024, y establece un pago inicial de US$1 millón, más un mínimo anual del mismo monto durante toda la vigencia del contrato. La inversión inicial sería de US$34 millones.
A pesar de las normas, hubo una aprobación exprés
El 6 de enero de 2025, la Comisión Nacional de Monumentos de Lugares y de Bienes Históricos, dependiente del gobierno nacional, aprobó el proyecto en una reunión virtual que no incluyó estudios técnicos ni consideraciones reglamentarias sobre la magnitud de las obras. En el acta, el organismo se limitó a justificar la decisión en términos generales: “el patrimonio debe ser sustentable y habitable”, afirmaron, sin mención a los impactos del nuevo diseño.
Según informó La Nación, aquel día estaban conectados la presidenta de la comisión, Mónica Capano; el vicepresidente, Alberto Petrina, y los vocales Gladys Pérez Ferrando, Juan Vacas, Andrés Mage, Silvina Pedreira, Selva Battistiol, Magalí Marazzo y Rosa Aboy.
El proyecto del nuevo Luna Park
El proyecto del nuevo Luna Park.
La Nación.
“Esta Comisión afirma, tal el estado del arte actual del patrimonio, que el mismo es una construcción social, histórica que debe ser sustentable y habitable ya que, de otra forma, se lo condenaría a dejar de interpelar a su comunidad, convertido en una pieza sacralizada por fuera de la cotidianeidad. En síntesis, esta Comisión aprueba la documentación remitida, y aprueba el inicio de las obras a condición de constituir una mesa de trabajo, como se señaló”, afirmó escuetamente el cuerpo colegiado en aquella reunión del 6 de enero.
Cabe destacar que uno de los votos favorables fue el de Juan Vacas, subsecretario de Paisaje Urbano de la Ciudad y funcionario del gobierno de Jorge Macri, quien también integra la Comisión Nacional.
La comisión justificó la decisión por la supuesta ausencia de alternativas para el Luna Park, al que describe en el Acta como “sin futuro” omitiendo el dato de que el estadio tuvo más de 80 espectáculos en 2023 y 2024, además de que la Iglesia recibió otras propuestas de modernización.
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Noches históricas de boxeo en el Luna Park.
Desde la Secretaría de Cultura de la Nación se desligó: “La Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos es un organismo desconcentrado de la Secretaría de Cultura de la Nación, y como tal, tiene autonomía técnica del Poder Ejecutivo en sus decisiones o recomendaciones. Las autoridades actuales de la Comisión fueron establecidas a través del Decreto 769/2022 y tiene vigencia por un período de seis años”.
Las contradicciones legales
Según el Código Urbanístico, el Luna Park no puede ver alterado su volumen, fachada ni estructura básica, por estar bajo el régimen de Protección Especial Edilicia. Ante la consulta de TN, la Secretaría de Desarrollo Urbano de la Ciudad había declarado en diciembre de 2024 que “el proyecto tal como se conoce no podría llevarse a cabo”, y exigía nuevos planos.
Sin embargo, el proyecto ya ingresó formalmente en la Subsecretaría de Gestión Urbana porteña, donde se estudia su viabilidad bajo el expediente IF-2025-13421526. Mientras tanto, organizaciones como Basta de Demoler y Fundación Ciudad presentaron pedidos de informes y alertaron sobre una posible violación a la normativa patrimonial.
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El casamiento de Maradona con Claudia Villafañe en el Luna Park.
Según el expediente, los propietarios del Luna solicitan autorización al gobierno de la Ciudad para demoler 16.421 metros cuadrados (todo el interior) y ampliar su supreficie construida en en 34.234 metros cuadrados.
Falta la aprobación del Vaticano
Aunque el Arzobispado afirmó que aún espera la aprobación del Vaticano, condición necesaria para validar el contrato, la documentación a la que accedió el diario La Nación muestra que el acuerdo ya fue firmado, y solo restaría el visto bueno final. No obstante, fuentes eclesiásticas aseguraron que la Santa Sede había iniciado una investigación sobre la elección de la propuesta de DF Entertainment antes del fallecimiento del papa Francisco, lo que actualmente deja el proceso en un limbo por la sede papal vacante.
Dado que el proyecto implica una intervención prohibida por la legislación nacional y porteña, y que fue aprobado sin el respaldo técnico correspondiente, todo indica que el futuro del Luna Park se definirá en la Justicia.