Uno de los últimos informes del Ieral de la Fundación Mediterránea advirtió que la economía ha comenzado a pisar un freno. Luego de diez meses de recuperación, el último registro de la actividad económica mantuvo un ritmo moderado de crecimiento. Sin embargo, el análisis agregó que “los datos preliminares de marzo muestran señales claras de freno, en un contexto de alta inflación e incertidumbre cambiaria”.
En este marco, desde el organismo de estudios se advirtió que pese a que no se tienen cifras oficiales del mes de marzo, con los datos de febrero puede apreciarse un menor ritmo de crecimiento en la mayor parte de los sectores. “De los diez sectores principales, siete muestran signos de desaceleración en lo que va de 2025 en comparación con el cuarto trimestre de 2024”, completó el informe firmado por el economista Marcos Cohen Arazi.
En el caso de los otros tres sectores, vale la pena resaltar que solo dos se encuentran acelerando y son intermediación financiera y electricidad, agua y gas, ambos con un destacado crecimiento, mientras que minería sigue al mismo ritmo que terminó el 2024. Entre los sectores que desaceleran se destacó el caso de hoteles y restaurantes, que afrontan una fuerte caída explicada principalmente por la merma de actividad del mes de enero, afectado fuertemente por los problemas de competitividad que derivaron en un boom de turismo emisivo.
En tanto, el nivel de recuperación acumulado entre noviembre 2023 y febrero de 2025 sigue liderado por intermediación financiera, agro y minería. Estos tres sectores se despegan del resto de sectores productivos en la comparación de su desempeño. Con esa disparidad sectorial en vista, vale la pena destacar que el nivel de actividad se ubica 4,6% por encima del de noviembre de 2023, aunque recortaría 1 p.p. ese nivel de recuperación durante marzo, según las estimaciones preliminares.
Cómo le fue a la industria
En el caso de la industria manufacturera, el trabajo del Ieral señaló una gran heterogeneidad. Así, la industria alimenticia manifiesta una recuperación comparable a la de la minería o el agro al tiempo que otras sufren una fuerte baja. Por ejemplo, la que aqueja a la construcción con una caída de 12,2%. Le siguen: metales básicos (-23%), minerales no metálicos (-14%), textiles (-9%), caucho y plástico (-9%).
Finalmente, es oportuno señalar que la desaceleración en el nivel de actividad coincidió con la aceleración inflacionaria que resultó marcada durante el comienzo del año, tanto en febrero como en marzo, con el consecuente empeoramiento de la competitividad, y también con la implicancia que ello tiene sobre la marcha de la recuperación del poder adquisitivo de la población.
Además, ello se conjugó con un aumento de la incertidumbre que precedió al levantamiento del cepo. Para el mes de abril es posible que estas condiciones sigan imperando, debido al pase a precios del ajuste en el tipo de cambio oficial y las oscilaciones de este dentro de la banda cambiaria.