En 60 días se conocerá el inversor de Potasio Río Colorado

A fines de febrero, el gobernador Rodolfo Suárez anunció que habían recibido tres ofertas sólidas y vinculantes para Potasio Río Colorado. Ahora, el gerente de la empresa, Emilio Guiñazú, anunció, en el marco del ciclo Pilares para un Desarrollo Sustentable de la región, que organiza Los Andes, que “en no más de 60 días deberíamos tener una decisión tomada”.

La provincia busca acortar los tiempos para el desarrollo de inversiones mineras

Guiñazú recordó que PRC fue el primer proyecto en el que el Gobierno se enfocó cuando decidió potenciar la minería dentro del marco normativo vigente. Esto, ya que se trata de un yacimiento con reservas comprobadas de más de 300 millones toneladas, lo que lo ubica en una clase mundial. Si bien estuvo abandonado durante más de 10 años -luego de que la brasilera Vale se retirara-, ya había una inversión importante desarrollada en el sitio y la guerra de Ucrania modificó el contexto mundial, porque los dos principales productores de sales de potasio del mundo son Rusia y Bielorrusia.

“El potencial del proyecto es enorme, porque el potasio tiene un interés estratégico, ya que está asociado a la producción de alimentos, por lo que tiene asegurada una demanda creciente en el tiempo”, planteó. Y sumó que el conflicto bélico hizo que el precio aumentara considerablemente y pasara a considerarse al mineral con carácter de seguridad alimentaria (se utiliza como fertilizante).

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Luego de negociar con Vale alternativas para poder reactivar el proyecto, se terminó acordando la transferencia de la empresa a la provincia, que comenzó a buscar inversores. Y se llegó a conseguir tres ofertas, que Guiñazú señaló tienen diferentes fortalezas. Desde hace unos meses se está trabajando con los tres interesados, para intentar maximizar el beneficio para ambas partes y llevar las propuestas al máximo nivel posible, antes de elegir la más apropiada para la provincia y el inversor.

De todos modos, aclaró que, una vez seleccionado, inicia otro proceso, bastante complejo y con muchas etapas, en el que las dos partes deberán cumplir con una serie de requerimientos antes de poder avanzar en la operación de la mina.