Cuando se habla de alimentos que fortalecen los huesos, la mayoría de las personas piensa automáticamente en los productos lácteos. Si bien estos cumplen un rol importante, no son los únicos aliados para asegurar una buena salud ósea. Existen vegetales que, pese a ser económicos y accesibles, están repletos de nutrientes esenciales para prevenir la descalcificación y enfermedades como la osteoporosis.
Entre estos vegetales, hay uno en particular que muchas personas subestiman. Suele encontrarse con facilidad en verdulerías, pero no siempre se lo incluye como parte de una alimentación equilibrada. Su sabor suave y versatilidad en la cocina lo convierten en una herramienta poderosa para la prevención desde edades tempranas.
Acelga: un refuerzo natural de calcio y minerales
El vegetal en cuestión es la acelga, una hoja verde que sorprende por su altísima concentración de calcio, magnesio, vitamina K y otros micronutrientes esenciales para el mantenimiento y la formación de tejido óseo.
Según datos del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA), una taza de acelga cocida aporta entre 100 y 150 mg de calcio, lo que representa una porción significativa de las necesidades diarias. Además, su contenido de vitamina K mejora la absorción de este mineral, lo que la convierte en un recurso aún más eficiente que algunos suplementos artificiales.
La acelga también contiene ácido alfa-lipoico, un antioxidante que ha demostrado reducir el daño celular y promover la salud vascular, lo cual influye positivamente en la oxigenación de los huesos. A esto se suma su bajo contenido calórico y alto aporte de fibra, ideal para personas que buscan una dieta saludable y liviana.
Cómo incorporarla a la dieta de forma fácil y sabrosa
Una de las grandes ventajas de la acelga es su versatilidad. Puede utilizarse en tartas, salteados, sopas, rellenos y hasta en smoothies verdes. Lo importante es evitar la sobrecocción, ya que el exceso de calor puede disminuir parte de su valor nutricional.
Una buena idea es incorporarla en omelettes con queso, mezclarla con arroz integral, o sumarla a ensaladas tibias con legumbres. También se puede combinar con otros vegetales ricos en hierro y calcio, como el brócoli, para potenciar sus efectos.
Aunque suele quedar relegada frente a otras hojas como la espinaca o la rúcula, la acelga merece un lugar destacado en la alimentación diaria. En tiempos en los que los problemas óseos son cada vez más frecuentes —especialmente en mujeres mayores de 40 años—, redescubrir el valor de este vegetal puede marcar la diferencia.