Por tanto, el principio de solidaridad es hoy más necesario que nunca. En el Evangelio de hoy "Jesús nos plantea la solidaridad y el renunciamiento como camino", comenta el Papa Francisco en la homilía de la Audiencia general, miércoles 2 de septiembre de 2020.
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La Biblia, desde el principio, nos advierte. Pensemos en el pasaje de la Torre de Babel que describe lo que sucede cuando tratamos de llegar al cielo —nuestra meta— ignorando el vínculo con la humanidad, con la creación y con el Creador. Es una forma de hablar: esto sucede cada vez que uno quiere subir, subir, sin tener en cuenta a los otros.
¡Yo solo! Pensemos en la torre. Construimos torres y rascacielos, pero destruimos la comunidad. Unificamos edificios y lenguas, pero mortificamos la riqueza cultural. Queremos ser amos de la Tierra, pero arruinamos la biodiversidad y el equilibrio ecológico. (…) Diametralmente opuesto a Babel es Pentecostés (…) El Espíritu crea la unidad en la diversidad, crea la armonía.
En la historia de la Torre de Babel no hay armonía; había ese ir adelante para ganar. Allí, el hombre era un mero instrumento, mera “fuerza-trabajo”, pero aquí, en Pentecostés, cada uno de nosotros es un instrumento, pero un instrumento comunitario que participa con todo su ser a la edificación de la comunidad. (…)
"Con Pentecostés, Dios se hace presente e inspira la fe de la comunidad unida en la diversidad y en la solidaridad", concluyó el Papa Francisco en la homilía de la Audiencia general, miércoles 2 de septiembre de 2020.
”Cuando oramos, Dios abre nuestros ojos, renueva y transforma nuestro corazón, y sana nuestras heridas”. La Palabra de Dios nos brinda mensajes profundos y una oportunidad para la reflexión. A continuación, compartimos las lecturas del viernes 21 de febrero de 2025 según el Vaticano.
Lectura del libro del Génesis
Génesis 11, 1-9
En aquel tiempo, toda la tierra tenía una sola lengua y unas mismas palabras. Al emigrar los hombres desde el oriente, encontraron una llanura en la región de Sinaar y allí se establecieron.
Entonces se dijeron unos a otros: "Vamos a fabricar ladrillos y a cocerlos". Utilizaron, pues, ladrillos en vez de piedras, y asfalto en vez de mezcla. Luego dijeron: "Construyamos una ciudad y una torre que llegue hasta el cielo, para hacernos famosos antes de dispersarnos por la tierra".
El Señor bajó a ver la ciudad y la torre que los hombres estaban construyendo y se dijo: "Son un solo pueblo y hablan una sola lengua. Si ya empezaron esta obra, en adelante ningún proyecto les parecerá imposible. Vayamos, pues, y confundamos su lengua, para que no se entiendan unos con otros".
Entonces el Señor los dispersó por toda la tierra y dejaron de construir su ciudad; por eso, la ciudad se llamó Babel, porque ahí confundió el Señor la lengua de todos los hombres y desde ahí los dispersó por la superficie de la tierra.
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Detalle de la Ilustración con tinta, acuarela, lápiz y collage, Babel (Otra versión) del dibujante Luis Scafati.
Lectura del Evangelio según San Marcos
Marcos 8, 34–9, 1
En aquel tiempo, Jesús llamó a la multitud y a sus discípulos y les dijo: "El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y que me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará.
¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar uno a cambio para recobrarla? Si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras ante esta gente, idólatra y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él, cuando venga con la gloria de su Padre, entre los santos ángeles".
Y añadió: "Yo les aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin haber visto primero que el Reino de Dios ha llegado ya con todo su poder".
Es Palabra de Dios