Investigadores hicieron pruebas a varios modelos de lenguaje artificial que quedaron estupefactos. Las aplicaciones pueden ser gigantes.
Una investigación determinó que las IA pueden comprender las emociones humanas. Imagen hecha con IA
Foto:
IAUna investigación publicada en Communications Psychology generó gran revuelo al revelar que seis modelos de Inteligencia artificial resolvieron con éxito una serie de pruebas diseñadas para medir la inteligencia emocional en humanos. Pero las conclusiones no se agotaron ahí, ya que dichos modelos superaron con amplio margen a los propios participantes humanos.
El estudio fue llevado adelante por científicos de las universidades de Ginebra y Berna, y estuvo encabezado por Katja Schlegel y Marcello Mortillaro. El mismo se propuso evaluar si los modelos de lenguaje actuales, entrenados para mantener conversaciones y resolver problemas complejos, también podían interpretar, regular y responder de forma adecuada a situaciones emocionales.
En la investigación se emplearon cinco pruebas estandarizadas y aceptadas en psicología, con escenarios que simulaban conflictos laborales, malentendidos interpersonales y dilemas emocionales cotidianos. Cada situación ofrecía varias opciones de respuesta, pero solo una era considerada la más adecuada emocionalmente.
Según lo detalló el portal Muy Interesante, los modelos como ChatGPT-4 o Claude 3.5 Haiku acertaron en el 81% de los casos, frente al 56% de aciertos en los participantes humanos. De esto se desprende que estos sistemas no solo “imitan” el comportamiento humano, sino que internalizan patrones complejos de razonamiento emocional.
El descubrimiento de la reciente investigación abre un abanico de potencialidades para aplicar las distintas IA en ámbitos que se creían restringidos solo a la experiencia humana.
La posibilidad de contar con asistentes virtuales que brinden sugerencias “empáticas” a demandas emocionales, espirituales o psicológicas empieza capturar la atención de más de uno y el horizonte de desarrollos se agiganta.
Pero los propios investigadores advierten que el uso de estos modelos debe estar siempre supervisado por profesionales humanos. Aunque la IA puede ser una herramienta poderosa, su integración en ámbitos sensibles como la psicología debe hacerse con prudencia, ética y un control riguroso, agrega la publicación.
Ahora bien, el estudio pone en entredicho el concepto tradicional de empatía al mostrar que una máquina es capaz de identificar una emoción, prever su impacto y sugerir la mejor forma de gestionarla.