Los trastornos alimentarios pueden aumentar el riesgo de retinopatía diabética

Un nuevo estudio de la universidad inglesa Anglia Ruskin determinó que las personas con diabetes, que además sufren de anorexia o bulimia, tienen tres veces más probabilidades en comparación con otras personas en desarrollar una afección ocular llamada retinopatía diabética.

Es por eso que quienes sufran de trastornos alimentarios deben hacerse exámenes de la vista con regularidad, además de informarle al médico sobre estos padecimientos. Esto podría ayudar a salvar su visión.

La retinopatía diabética se desarrolla cuando los niveles altos de azúcar en la sangre dañan los vasos sanguíneos de la retina, es decir la capa de tejido sensible a la luz en la parte posterior del ojo. Estos vasos sanguíneos pueden hincharse, filtrarse o cerrarse, bloqueando el flujo sanguíneo. 

A veces, crecen vasos sanguíneos anormales en la retina. Cualquiera de estos cambios pueden causar pérdida de la visión y, en última instancia, conducir a la ceguera. Los resultados de este estudio resaltan la importancia de la regularidad en las visitas al oftalmólogo para pacientes con diabetes y antecedentes de trastornos alimentarios. Vale aclarar que las personas con estas condiciones pueden necesitar exámenes de la vista más frecuentes.

Cómo la anorexia, la bulimia y la diabetes dañan los ojos

Los trastornos alimentarios pueden afectar hasta 1 de cada 5 personas con diabetes, según los Institutos Nacionales de Salud. Este nuevo estudio revela cómo estas condiciones combinadas afectan los ojos. Los investigadores examinaron la información de 1.100 personas con diabetes. 

El estudio incluyó a pacientes con anorexia, una condición en la que las personas intentan mantener su peso lo más bajo posible al reducir la ingesta de alimentos. También incluyó a personas con bulimia, que intentan purgar la comida del cuerpo. Los pacientes con uno o ambos de estos trastornos alimentarios tenían el triple de riesgo de desarrollar retinopatía diabética en comparación con los pacientes diabéticos sin trastorno alimentario.

Si bien no está claro cómo los trastornos alimentarios podrían contribuir a la retinopatía diabética, es posible que éstos dificulten el control de los niveles de azúcar en la sangre debido a la ingesta inconsistente de alimentos. También es posible que algunos pacientes diabéticos con trastornos de la alimentación eviten deliberadamente tomar insulina como una forma de controlar su peso.

Las personas con diabetes y trastornos alimentarios necesitan exámenes oculares frecuentes

La Asociación Nacional de Trastornos de la Alimentación anunció que determinó un aumento del 107% en las llamadas a su línea de ayuda durante la pandemia de COVID-19, y los CDC -Centros para el Control y Prevención de Enfermedades- de los Estados Unidos informaron que las visitas a la sala de emergencias relacionadas con los trastornos de la alimentación entre las adolescentes casi se duplicaron durante este período de tiempo.

Es importante que los oftalmólogos pregunten sobre los hábitos alimenticios, especialmente en pacientes más jóvenes con diabetes, informó en el estudio la oftalmóloga y miembro de la Academia G. Atma Vemulakonda, MD. Eso se suma a la vigilancia estrecha de los factores del estilo de vida, como el tabaquismo, y los problemas de salud, como la presión arterial alta y el colesterol. Es posible que los pacientes que tienen antecedentes de anorexia y bulimia deban hacerse exámenes con más frecuencia. Una mayor conciencia es especialmente importante ahora, cuando los trastornos alimentarios nuevos y recurrentes están aumentando tanto en mujeres como en hombres jóvenes.

Estar atento a los síntomas de la retinopatía diabética

Si se tiene diabetes, o si algún miembro de la familia lo tiene, se debe consultar a un oftalmólogo anualmente para que se le realice exámenes de dilatación de los ojos. La retinopatía diabética se puede descubrir incluso antes de que se note algún problema de visión. En etapas posteriores de la enfermedad, los síntomas de la retinopatía diabética pueden incluir:

  • Ver manchas o hilos oscuros flotando en su visión
  • Visión borrosa
  • Visión que fluctúa de borrosa a clara
  • Ver áreas oscuras o vacías en su visión
  • Dificultad para ver bien de noche
  • Notar que los colores parecen apagados o descoloridos

Y recordar que visitar periódicamente al oftalmólogo resulta fundamental para mantener la salud ocular.

*El autor es Jefe Servicio de Oftalmología Hospital Italiano de Buenos Aires - Prof. Asoc. IUHI / Doc.Aut.UBA M.N. 79.372 y M.P. 38.162

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