Día mundial del oftalmólogo: una especialidad vital en la sociedad mediada por pantallas

Cada 13 de diciembre se conmemora este día. La jornada está inspirada en la celebración católica de Santa Lucía, considerada la patrona de la salud visual, y busca reconocer a cada uno de los profesionales que se dedican a esta rama de la medicina.

Se estima que 2.000 millones de personas en el mundo conviven con alguna forma de deficiencia visual por no tener acceso a servicios de salud oftalmológicos. Los controles periódicos son indispensables para detectar a tiempo problemas de visión y tratarlos de manera adecuada y eficaz.

La recomendación de los especialistas es que los niños reciban su primera evaluación oftalmológica al nacer, luego a los 3 meses y 6 meses, así como al cumplir 1 año de vida. Luego deben acudir a consultas anuales hasta llegar a la adolescencia, teniendo en cuenta la creciente prevalencia de miopía, especialmente relacionada con el modo de vida, en particular, el uso intensivo de la visión cercana, los dispositivos digitales y el poco tiempo dedicado al esparcimiento al aire libre.

Una recomendación para los padres es evitar exponer a los niños menores de 2 años a dispositivos digitales de cualquier tipo. En cuanto a los menores de 12 años, los mismos no deberían estar más de 2 horas por día usando estos artefactos.

Un diagnóstico frecuente en personas mayores de 40 años es la presbicia, que es la dificultad para enfocar objetos cercanos, llevando a sostener materiales de lectura a mayor distancia de lo habitual. Esta condición puede ser corregida con lentes para la visión cercana, mediante el control en consultorio.

Es importante resaltar que una óptima salud visual tiene un alto impacto en la educación, empleo, calidad de vida, autoestima y potencial socioeconómico de las personas.

“La mejor conducta es la prevención, y eso se logra únicamente con controles frecuentes del médico oftalmólogo”, advierte el Dr. López Mato.

Quién era Santa Lucía y por qué es la patrona de la vista

Santa Lucía fue una mártir del siglo IV a quien le arrancaron los ojos durante su suplicio por haber rechazado un matrimonio arreglado. De allí que se la suele representar con sus dos ojos en la mano.

El médico e historiador Omar López Mato (MN 59216), miembro de la Cámara de Medicina Oftalmológica (CAMEOF) , afirma que Santa Lucía no solo es la patrona de los ciegos sino que además de los pobres, electricistas, sastres, choferes, fotógrafos, escritores (todas tareas que requieren esfuerzo visual) y por extensión de los médicos oftalmólogos, aquellos destinados a velar por la salud visual de la población.

“Este día es propicio para recordar algunos datos relacionados con la visión. Si bien Santa Lucía es la patrona de los ciegos, merece aclararse que hay ciegos que nada ven, pero hay muchos más que tienen una visión limitada. Esta limitación puede ser en la agudeza visual (cuántas letras ve en el tablero) o de campo visual, es decir, del área que abarca la visión”, sostiene el especialista.

En este marco, afirma que “se considera a una persona legalmente ciega cuando su visión es igual o menor a 1/10 y tiene un campo visual de menos a 20°”. Según la OMS, se estima que hay 2.000 millones de personas con deterioro visual, de los cuales la mitad de ellos tienen una discapacidad visual que podría haberse evitado o todavía no se ha tratado.

Santa Lucía.
Santa Lucía.

Se estima que de esos 2000 millones el 35 % de estas personas tienen problemas refractivos o ambliopía. Hay casi cien millones de personas que sufren cataratas, que es la principal causa de ceguera evitable en el mundo. La OMS estima que sólo el 20% ha tenido acceso a una intervención adecuada.

Entre las otras causas de ceguera está la degeneración macular (8 millones de personas), glaucoma (7,7 millones) y retinopatía diabética (4 millones).

El costo anual por disminución de productividad debido a problemas visuales se estima en 411.000 millones de dólares al año en el mundo. Curiosamente, este costo es muy superior al valor que implica atender las necesidades insatisfechas de atención oftalmología, estimadas en alrededor de 25.000 millones de dólares. En Argentina, se calcula que estas pérdidas ascienden a más de mil millones.

En la Argentina, desde 1930 la ley de ejercicio profesional indica que los únicos habilitados para prescribir anteojos son los médicos. ¿Por qué? Porque la consulta para la prescripción de anteojos es el momento ideal a fin de revisar al paciente en búsqueda de todas las enfermedades que amenazan la visión. Sin está oportunidad será muy difícil contar con el momento adecuado para detectar glaucoma, retinopatia diabética, tumores oculares, desprendimientos de retina, procesos inflamatorios, etc.

“No sólo se apunta a prevenir con esta política, sino evitar la evolución de afecciones como la miopía en los niños y jóvenes que hoy puede detenerse con tratamientos de gotas para mañana ser resueltos con cirugía refractiva”, remarca el miembro de la CAMEOF.

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