Aunque el asma es una enfermedad generalizada (más de 350 millones de personas la padecen en todo el mundo), aún sigue existiendo cierto desconocimiento sobre sus orígenes, los tratamientos posibles y el tipo de vida al que se puede aspirar. Todavía hay personas que creen que se trata de una patología infecciosa o propia “de la infancia”, que los pacientes con asma tienen prohibida cualquier actividad física o que solo es posible controlarla con altas dosis de corticoides…
Por esto, aprovechando el reciente Día Mundial del Asma, el pasado 4 de mayo, la OMS y la Iniciativa Global por el Asma (GINA, por sus siglas en inglés) se propusieron aportar información fidedigna a la comunidad para desterrar las ideas erróneas sobre el asma. Aquí vamos…
Varias investigaciones han demostrado que es de gran ayuda llevar un diario donde se registren todos los episodios de exacerbaciones y su severidad: es una herramienta útil para que la persona conozca cómo se manifiesta en su organismo el asma.
Las principales metas del tratamiento del asma incluyen reducir la frecuencia y gravedad de los episodios, disminuir los síntomas y el uso de corticoesteroides orales y mejorar la función pulmonar.
Para el éxito terapéutico es vital que la persona con asma cuente con un médico de cabecera que trate la enfermedad y, por supuesto, que cumpla con las indicaciones consensuadas con el especialista en el consultorio, tanto en términos del uso de la medicación, como de estilo de vida. •
* Médico especialista en Neumonología - Jefe del Servicio de Neumonología del Hospital Rossi, La Plata. [email protected] Contenido exclusivo de revista Rumbos.