Video: una abuelita tiktoker de 92 años triunfa dando consejos de amor

Lillian Droniak es el nombre de la simpática anciana que tiene más de 7 millones de seguidores en TikTok. Cuenta sus anécdotas de vida y brinda consejos a sus seguidores.

Su cuenta de TikTok es @grandma_droniak y tiene más de 7 millones de seguidores.
Su cuenta de TikTok es @grandma_droniak y tiene más de 7 millones de seguidores.

“Hola, soy una celebridad y una abuela de 92 años” dice la descripción de Lillian Droniak en TikTok. Tiene 92 años y es la abuela más famosa de la red social con más de 7 millones de seguidores. Oriunda de Estados Unidos, ella contó en uno de sus videos que está muy contenta con el cariño que le brindan sus seguidores y responde a tantos como puede.

Lillian se viralizó por compartir cómo se preparaba para infiltrarse al funeral de su expajera y que eso enfureció a sus familiares. En el video compartió “Preparándome para el funeral de mi ex. RIP Bruce, espero que te guste mi atuendo y este lápiz labial era para ti”.

Lleva poco más de un año triunfando en la plataforma, contando sus relaciones pasadas y dando consejos sobre hombres a todos los que le preguntan.

En diciembre de 2022 se mostró enorgullecida de haber llegado a los seis millones de seguidores, mientras que todas sus compañeras del colegio secundario que decían que no llegaría a nada ya estaban muertas “RIP para ellos, pero mira quien es popular ahora” publicó.

En lo que va del año ha conseguido un millón de seguidores más con videos en los que habla de las “red flags” que temer de los varones. Este término se ha hecho popular en las redes sociales, quiere decir advertencia, se utiliza para evidenciar actitudes.

Entre algunas de sus “red flag” menciona que sea de un signo del zodíaco de agua, que su nombre no empiece con J o que mienta sobre cuanto mide.

La abuela constantemente habla con sus seguidores sobre la preparación de su funeral. Qué ropa va a usar, en qué cementerio se va a enterrar y la gente con la que va a compartir el espacio. Hace poco dijo “Me acabo de enterar de que mi primer beso está enterrado en el mismo cementerio al que iré. Podré besarlo otra vez, pero habrá drama

porque me enterrarán al lado de mi marido”.

Además, impuso las normas que deben cumplir las personas que asistan a su funeral, se puede llorar, “pero no mucho”, después del entierro las personas se deben emborrachar y le prohibió la entrada a Bertha, una mujer que intentó ‘chamuyarse’ a su esposo.

Afortunadamente, Lillian se encuentra en prefecto estado de salud y a pesar de tener listo todos los detalles de su funeral planeados, todavía no ve cerca el día de su muerte “Cuando lo sepa, les cuento”.

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