Manualidades para un reciclaje económico, práctico y ecológico con textiles en desuso, que mantenga el calor dentro del hogar durante los días más fríos.
Con un poco de reciclaje, algunos trucos caseros y ganas de hacer manualidades, es posible transformar esas sábanas viejas que ya no se usan en una herramienta útil para combatir el frío. Esta solución artesanal permite mejorar el aislamiento térmico de las habitaciones y reutilizar materiales que muchas veces terminan en la basura.
Este tipo de burlete sirve para colocar en la parte inferior de puertas o ventanas donde entra aire. Se hace con sábanas en desuso, telas de cualquier tipo y relleno reciclado, como trapos, papel de diario, plástico, o incluso arroz seco si se busca un poco más de peso.
Materiales necesarios:
1 sábana vieja (o retazo de tela resistente)
Tijera
Hilo y aguja o máquina de coser
Cinta métrica
Relleno: trapos limpios, bolsas plásticas, papel, gomaespuma o arroz
Paso a paso:
Cortar un rectángulo de tela de unos 10 a 15 cm de ancho y del largo del marco de la puerta o ventana.
Doblar por la mitad a lo largo y coser los bordes, dejando uno de los extremos abierto.
Rellenar con el material reciclado, procurando que quede bien compacto para frenar el paso del aire.
Cerrar el extremo abierto con costura o con cinta fuerte.
Colocar el burlete en la parte inferior de la abertura que se desea cubrir.
Además del clásico burlete, las sábanas gruesas o acolchadas también pueden convertirse en cortinas térmicas caseras o en mantas adicionales para los sillones o la cama.
Esto ayuda a mantener el ambiente más cálido, aprovechando recursos que ya están disponibles en casa.
Para las cortinas, basta con reforzar la tela agregando una segunda capa (puede ser otra sábana, una manta liviana o incluso cartón entre telas).
Luego se cuelga con ganchos, broches o barrales. En ventanas sin cortinas, incluso puede clavarse la tela con tachuelas o cinta adhesiva resistente.