Recicla la lana que no sirve y conviértela en esta idea creativa para la casa

1. Cuadro de pompones multicolor

¿Quién no ama los pompones? Son fáciles de hacer y perfectos para aprovechar los restos de lana que quedan después de otros proyectos. Para este cuadro, vas a necesitar un marco viejo o una base rígida, como cartón o madera.

Paso a paso:

• Hacé pompones de diferentes tamaños. Para eso, envolvé la lana alrededor de tus dedos o un tenedor, atala en el medio, cortá los extremos y recortá hasta darle forma redonda.
• Organizá los pompones en el marco o base, creando un diseño que te guste. Podés hacer degradados, combinaciones aleatorias o incluso formas geométricas.
• Pegá cada pompón a la base y dejalo secar bien antes de colgar tu cuadro.

Este cuadro no solo es ideal para decorar una habitación, sino que también es un proyecto perfecto para hacer con los más chicos.

2. Granny Squares con un toque moderno

Los Granny Squares, esos cuadrados tejidos al crochet, vuelven a estar de moda, y no solo para mantas. Podés usarlos para hacer desde fundas para almohadones hasta bolsos y accesorios.

Materiales necesarios:

• Restos de lana de varios colores.
• Aguja de crochet.

Paso a paso:

• Tejí los Granny Squares básicos. Si no sabés cómo, en internet hay tutoriales muy fáciles.
• Combiná colores para crear piezas únicas y modernas. Por ejemplo, usá tonos pastel para un estilo más delicado o colores fuertes para algo más atrevido.
• Con los cuadrados listos, unilos para crear una funda, un camino de mesa o incluso un pequeño tapiz.

Este proyecto es ideal para quienes tienen restos de lana en cantidades pequeñas y quieren algo que sea útil y decorativo al mismo tiempo.

3. Tapiz decorativo para la pared

Un tapiz artesanal es una forma excelente de decorar paredes vacías y darle un toque cálido a tu casa. Además, es súper fácil de hacer y no requiere herramientas complicadas.

Materiales necesarios:

• Restos de lana de diferentes colores.
• Una percha bonita o un palo de madera.
• Tijeras.

Paso a paso:

• Cortá hilos de lana en diferentes longitudes. Mezclá colores y texturas para que el tapiz tenga un efecto visual interesante.
• Atá los hilos al palo o la percha, intercalando diferentes tamaños y tonos.
• Peiná los hilos con los dedos para que queden alineados y recortá si es necesario.

Colgá el tapiz en una pared y disfrutá del toque artesanal y único que aporta a cualquier espacio.