30 de mayo de 2025 - 22:45

La Iglesia rusa elogia a Los Simpson como ejemplo de familia tradicional y critica la falta de modelos locales

En medio del debate por los valores tradicionales, un líder de la Iglesia Ortodoxa destacó a Los Simpson como modelo de familia estable distinta a la rusa.

En el marco de una campaña estatal para promover los “valores tradicionales” en Rusia, el metropolita ortodoxo Yevgueni Kulber sorprendió al elogiar a la popular serie estadounidense Los Simpson como un modelo positivo de familia. Según el líder religioso, la animación creada por Matt Groening constituye un ejemplo de “familia sólida” que ha logrado mantenerse durante más de 30 años, mientras que la producción cultural rusa no ha logrado generar contenidos similares que representen una familia tradicional de forma atractiva y cercana.

"Los Simpson llevan 40 años mostrando una familia sólida con tres hijos. Mientras tanto, nosotros no hemos sido capaces de crear nada parecido", afirmó Kulber, al tiempo que remarcó que las producciones nacionales no consiguen transmitir la imagen de una familia madura, unida y feliz. “Nuestros dibujos animados, que tienen su mérito y son educativos, no han creado una imagen atractiva de una familia madura y feliz”, lamentó. En ese sentido, criticó particularmente series como Smeshariki, cuyos personajes “aunque son amigos, viven solos, son solitarios y felices, algo que no ocurre en la vida real”, y Masha y el Oso, en la que la protagonista infantil “es tan independiente que desconocemos si tiene familia, cómo es o qué aspecto tiene su padre”.

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Las declaracionesde la Iglesia surgen en medio de una campaña oficial para reforzar los valores tradicionales y promover el modelo de familia numerosa en Rusia.

Las declaracionesde la Iglesia surgen en medio de una campaña oficial para reforzar los valores tradicionales y promover el modelo de familia numerosa en Rusia.

Las declaraciones del religioso se producen en un momento clave para la narrativa oficial rusa, que en los últimos años ha intensificado su enfoque conservador en materia de cultura y moral pública. Bajo el liderazgo de Vladimir Putin, el gobierno ha lanzado campañas para fortalecer los valores familiares, fomentar la natalidad y oponerse abiertamente a modelos de vida promovidos en Occidente, a los que acusa de ser responsables de la “descomposición social”. En este contexto, la Iglesia ortodoxa rusa ha sido un actor fundamental, apoyando iniciativas educativas, legislativas y mediáticas que refuercen la figura de la familia como pilar central de la sociedad.

Kulber también puso en evidencia la falta de contenido que promueva de forma efectiva la vida familiar en la cultura popular rusa. Las palabras del metropolita no solo generan controversia por citar como ejemplo a una producción estadounidense —cuyo humor y crítica social a menudo rozan lo irreverente—, sino que también reflejan una preocupación interna por la capacidad del país de influir en sus jóvenes a través de mensajes coherentes con la política oficial.

Las estadísticas refuerzan ese diagnóstico: actualmente, en Rusia, por cada 10 matrimonios se producen 8 divorcios, una cifra alarmante que enciende las alarmas tanto en el gobierno como en la Iglesia. En ese contexto, figuras como Kulber insisten en la necesidad de ofrecer modelos familiares positivos, ya sea a través de medios, animaciones u otras herramientas culturales. Lo paradójico es que, en la búsqueda de ejemplos inspiradores, la Iglesia ortodoxa haya tenido que mirar a Occidente para encontrar lo que considera un modelo de familia tradicional, justo en momentos donde el Kremlin mantiene un discurso fuertemente antioccidental.

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