La guerra entre ambos países comenzó el viernes cuando Israel atacó decenas de objetivos vinculados al "programa nuclear iraní". Israel reportó más de 13 muertos.
"Dormimos vestidos y con el pasaporte en la mochila": el testimonio de un argentino que vive en Israel tras el ataque de Irán.
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EFELoam, un argentino que reside en Israel desde hace más de 30 años, compartió en diálogo con Rivadavia AM 630 el impacto cotidiano que dejó el reciente ataque iraní sobre suelo israelí, y cómo se vive bajo la constante amenaza de bombardeos y el sonido permanente de sirenas antiaéreas.
“Desde la madrugada del viernes, cuando sonó la primera alarma a las 3:30, no hemos podido retomar la rutina. Solo salimos para ir al supermercado o la farmacia. El resto del tiempo hay que estar en casa y cerca de un búnker”, relató.
En Israel, todos los ciudadanos conocen de antemano su lugar de resguardo. Los edificios modernos incluyen una “habitación segura”, construida con hormigón reforzado y acero, mientras que en las construcciones antiguas se utilizan sótanos o refugios públicos distribuidos en cada ciudad.
“El margen es mínimo. Al sonar la alarma, tenés menos de un minuto para refugiarte. Es parte de la vida acá, estamos acostumbrados, pero esta vez es diferente. No es un ataque de Hamas: es Irán directamente”, subrayó Loam.
El argentino también explicó el funcionamiento del sistema de defensa conocido como Cúpula de Hierro, que logra interceptar entre el 90 y el 95 % de los proyectiles. Sin embargo, advirtió que la reciente ofensiva buscó saturar su capacidad: “Si lanzan muchos misiles al mismo tiempo, alguno puede caer. Se priorizan las zonas habitadas. Si el sistema detecta que un cohete va hacia un campo abierto o una ruta, lo dejan caer. Pero si se dirige a una ciudad o edificio, se lo neutraliza”.
El conflicto alteró por completo la vida cotidiana. “Hace tres días que no vamos a trabajar, no hay clases, no se puede ir a la playa. Vivimos pendientes de las alarmas. De día suele estar más tranquilo, pero a la noche comienzan los ataques. Uno se acuesta vestido, con la mochila lista y el pasaporte a mano”, narró con crudeza.
Consultado sobre el futuro inmediato, Loam reconoció que reina la incertidumbre. “Todo depende de la respuesta de ambos lados. Podría calmarse pronto o volverse un conflicto prolongado. Nadie lo sabe. Lo único seguro es que cuando suena la sirena, tenés que correr. Acá no hay margen para dudar”.
A modo de cierre, dejó una reflexión sobre la resiliencia de la sociedad israelí: “Estamos asustados, sí, pero también preparados. Esta sociedad está entrenada para defenderse. Eso da un poco de tranquilidad en medio de tanto ruido y tensión”.
Ayer el gobierno de Israel reportó al menos a diez personas fallecidas y más de 150 heridas, así como edificios destruidos.
Son los bombardeos que más daño humano han provocado en Israel desde la reciente escalada de tensiones con Irán, que se inició en la madrugada del viernes con la ofensiva del Gobierno de Benjamín Netanyahu sobre el país persa.
La quinta oleada de ataques, que se produjo en las últimas horas del sábado, impactó en el norte del país, especialmente en la ciudad de Tamra, cerca de Haifa, donde la policía israelí ha confirmado hasta el momento la muerte de cuatro mujeres, dos de ellas alrededor de los cuarenta años, una de 20 años y una niña de 13.
Medios israelíes informan de que las cuatro formaban parte de la misma familia.