En Japón, Takahiro Shiraishi recibió la pena de muerte por descuartizar a nueve personas. Tenía 34 años y un comportamiento aberrante.
Takahiro Shiraishi, el "asesino de Twitter" que fue ejecutado en Japón
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Gentileza Takahiro Shiraishi, el "asesino de Twitter" que fue ejecutado en Japón
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Gentileza Takahiro Shiraishi, el "asesino de Twitter" que fue ejecutado en Japón
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New York PostDespués de casi siete años del crimen que conmocionó al país, Japón ejecutó este viernes a Takahiro Shiraishi, el hombre condenado por asesinar, desmembrar y ocultar los cuerpos de nueve personas en su departamento de la localidad de Zama, al sur de Tokio. Tenía 34 años.
El caso fue conocido popularmente como el del “asesino de Twitter”, ya que contactaba a sus víctimas -ocho mujeres y un varón- a través de la red social hoy llamada X, luego de que ellas manifestaran pensamientos suicidas.
La ejecución por ahorcamiento se concretó esta semana en el centro de detención de Tokio, según confirmó el Ministerio de Justicia japonés y adelantó la cadena NHK. Es la primera pena capital que se aplica en el país asiático desde julio de 2022 y ocurre bajo el mandato del primer ministro Shigeru Ishiba.
Takahiro Shiraishi había sido condenado en 2020 tras un juicio que duró meses. Las víctimas, de entre 15 y 26 años, fueron asesinadas entre agosto y octubre de 2017. Según el fallo judicial, el hombre actuó con plena conciencia y premeditación, buscando satisfacer necesidades sexuales y económicas, como lo indicó el propio Ministerio de Justicia este viernes.
Durante el proceso judicial, su defensa intentó alegar que los crímenes fueron "homicidios con consentimiento", ya que las víctimas habían expresado su deseo de morir. Sin embargo, la fiscalía logró probar que hubo resistencia activa al momento de los estrangulamientos, y que Shiraishi no sólo agredió sexualmente a varias de las víctimas, sino que además les robó dinero.
Uno de los elementos más perturbadores del caso fue que guardó partes de los cuerpos en heladeras y cajas de su departamento, algo que fue descubierto tras la denuncia del hermano de una joven desaparecida. La última víctima fue un joven que buscaba a su pareja, una de las mujeres asesinadas.
El ministro de Justicia, Keisuke Suzuki, declaró que la ejecución se realizó “tras una evaluación exhaustiva del caso y con la máxima consideración”, al tratarse de un castigo “extremadamente grave que priva a una persona de la vida”.
Shiraishi no apeló la sentencia, ni expresó arrepentimiento. Por el contrario, durante el juicio confesó que no pensaba recurrir el fallo, incluso si se trataba de la pena capital.
Con esta ejecución, ya son 105 los presos condenados a muerte que permanecen detenidos en Japón. De ese total, 49 personas aún buscan un nuevo juicio o una revisión de sus condenas, destacó la agencia EFE.
El país mantiene un sistema de pena capital por ahorcamiento, que se aplica con extrema reserva: los condenados son notificados el mismo día de la ejecución, sin aviso previo ni a la familia ni al público.