Riego. Las nuevas tecnologías para mejorar la eficiencia hídrica

Escasez. Esta temporada se estima que habrá un 57 % del caudal histórico en los ríos centrales, lo que empuja a los productores a mejorar la red intrafinca. Los costos pueden ir de U$S 2.000 a U$S 5.000 por hectárea.

La regulación de caudales contribuye a un mejor aprovechamiento del agua para riego. 
FOTO, MARCOS GARCIA. LOS ANDES.
La regulación de caudales contribuye a un mejor aprovechamiento del agua para riego. FOTO, MARCOS GARCIA. LOS ANDES.

Con la escasez de agua que se ha registrado en los últimos años, ya no quedan dudas de la necesidad de mejorar la eficiencia en el uso del recurso hídrico, y eso involucra también al interior de las fincas. En este punto, son varias las opciones para reconvertirse, desde una evaluación de eficiencia y modelos de sistemas, hasta proyectos de diseño especial y monitoreo digital.

Más del 80% del agua de Mendoza se destina al agro y el pronóstico de caudales del Departamento General de Irrigación (DGI) indica que esta temporada (del 1 de octubre de 2021 al 30 de setiembre de 2022) no será una excepción en lo que respecta a ríos con bajo caudal. La estimación es que habrá un 57% del derrame histórico en los ríos Mendoza, Tunuyán, Diamante y Atuel.

Si bien esta temporada será mejor que la de 2019-2020 para esos ríos (aquella tuvo un derrame del 50 % de lo normal), habrá una menor disponibilidad que en 2020-2021, cuando hubo 63 % del histórico. Para el río Mendoza se pronostica una sequía moderada; para los ríos Tunuyán, Diamante, Atuel y Malargüe una sequía severa y para el Grande una sequía extrema.

Desde el DGI aclararon que no asesoran a productores sobre la modernización a sistemas presurizados a nivel intrafinca, pero sí trabajan en evaluaciones de eficiencia. Las mismas se hacen con mediciones en el campo, un modelo de simulación en gabinete, recomendaciones de mejora y seguimiento de parcelas piloto. Estiman que así se puede mejorar la eficiencia en un 10 %.

“Esto implica el estudio del sistema de distribución interno de la finca, la medición de la eficiencia, la realización de un modelo matemático del sistema de riego y la propuesta de mejoras del ‘sistema de riego actual’ en función de los resultados del modelo”, detallaron desde Irrigación. Con instituciones como INTA y Coviar monitorean la implementación de estas mejoras.

En cuanto a inversiones de riego, desde la Dirección de Agricultura señalaron que, a través del programa Mendoza Activa -de reintegros a inversiones privadas-, se presentaron desde agosto de 2020 hasta noviembre de 2021 unos 221 proyectos de riego, por un monto de $ 1.300.538.453 (más de $ 1.300 millones). Esto involucró a 5.036 ha, con un monto promedio por proyecto de $ 5.823.985.

Si se miran las inversiones propuestas desde septiembre de 2021, cuando empezó la segunda edición de Mendoza Activa, se presentaron 125 proyectos, con una inversión total de $ 785.919.769 y 3.218 ha, un indicio de que el interés por modernizarse continúa vigente.

Eficiencia a medida

Cuando se quiere tecnificar el riego hay diferencias de qué conviene según el cultivo, la variedad, el terreno y la automatización que se quiera. Un riego por goteo puede ser muy bueno para cultivar 30 ha de durazno para industria, pero para cultivar 50 ha de alfalfa será mejor usar un pivote central.

Ante esto, varias empresas trabajan en diseñar e implementar soluciones acordes al productor. Luido Scuderi, gerente general de Metzer Plas Irrigación, aseguró que es fundamental tener en claro qué es lo que se busca y qué se quiere hacer. “Las empresas de riego estamos preparadas para adaptarnos a esos desafíos”, aseguró.

“La crisis hídrica en la provincia es un tema que ha venido para quedarse. Es un problema serio, las primeras afectadas fueron las propiedades que tenían derecho a riego y ahora se suman las que tienen pozo con la baja de los niveles de extracción en forma importante”, analizó Scuderi.

La falta de agua lleva a buscar la mayor eficiencia posible, y el riego por goteo es de las alternativas más claras, viables y fáciles de aplicar. El gerente de Metzer detalló que si se trabaja en riegos de cultivos de tipo hortícola, se necesitará una renovación rápida de laterales, pero si son cultivos frutícolas permanentes se puede pensar también en un sistema subterráneo.

En el caso de Hidroplas, ofrecen soluciones con trabajos que incluyen desde mover el suelo para una represa y el zanjeo hasta conseguir los materiales y dejar el sistema funcionando. Así lo explicó Hernán Giménez, gerente de Hidroplas, quien destacó que la horticultura está con fuertes inversiones en riego, mientras que la vitivinicultura “por un tema de crisis económica” se ha quedado más atrás, con excepción de viñedos nuevos en el Valle de Uco.

Giménez afirmó que el cambio es una necesidad: “Estamos en un cambio cultural de lo que era el riego tradicional a lo que es un riego tecnificado. Hay que cambiar esa cultura del derroche de agua, tanto de los sectores productivos como de las entidades gubernamentales”. Para esto, opinó, se deben crear líneas de financiamiento para modificar los sistemas de riego y entender que se debe mantener este oasis.

En cuanto a costos, el gerente de Hidroplas explicó que para una viña el valor depende del formato de la finca, pero el promedio alcanza los U$S 2.500 por ha. El precio se puede elevar por la densidad de manguera por ha y la tecnificación, como la automatización del sistema o la medición (“la periferia del riego, para hacerlo un poco más eficiente”). Desde Metzer, Luido Scuderi consideró que, según las variables, el precio puede ir de U$S 2.000 a U$S 5.000 por ha.

Análisis y agricultura de precisión

En el caso de la empresa Masteragua, consideran que a partir de un estudio de campo y un diseño personalizado se puede producir más con menos agua. Así, en 2021 cotizaron más de 400 proyectos de riego tecnificado, con los que se ahorraron 2.684.246 litros. Cada proyecto de riego tecnificado, sostienen, permite ahorrar hasta 70% de agua.

Martín Winterstetter, uno de los directores de Masteragua, comentó que una variable importante al momento de tecnificarse es si se utiliza un pozo para riego, con el que se puede aprovechar su bomba; o si hay agua de turno, ya que ahí se necesitaría generar una represa para almacenar agua y tenerla disponible.

En cuanto a los pivotes centrales, Winterstetter indicó que convienen mientras mayor sea la superficie, porque son sistemas que en el centro se conectan con una cañería de agua y luego extienden el riego a través de brazos, por lo que “expandirse” es lo menos costoso. Así, un pivot central para 20 ha podría costar U$S 70.000, pero uno para 50 ha podría llegar a valer U$S 100.000.

Otro recurso para mejorar la eficiencia del riego en la provincia es la agricultura de precisión, que permite monitorear las condiciones climáticas y utilizar mejor el agua en aquellas parcelas que más lo necesiten. Esto se apoya con el uso de software especial y de satélites, de modo de poder saber cuándo es mejor utilizar el agua y no regar siempre lo mismo por costumbre.

Jairo Trad, CEO y cofundador de Kilimo (startup enfocada en el manejo del riego agrícola), explicó que, partiendo de una finca con riego por goteo, hacen un análisis inicial en las parcelas y de ahí se avanza con datos satelitales y climáticos, sin instalar sensores y poniendo el foco en cada sector de riego. Así, ya monitorean el 20% de los cultivos de pivote en Argentina y cerca del 5% de los frutales en Mendoza.

“Hace tiempo los productores veían a la eficiencia de riego como el problema número cinco en la escala de prioridades. Hoy, es el problema número uno a resolver”, declaró Trad. Por un lado, hay productores profesionales con “un ejército de personas tomando datos”, pero por el otro hay algunos que casi no toman mediciones y riegan lo mismo en todas las parcelas.

Un punto central que marcó el CEO de Kilimo es que hay varias tecnologías y aplicaciones que se encuentran disponibles en la web, pero falta el acompañamiento para utilizarlas de manera correcta. Además, desde esa empresa ponen hincapié en la importancia de medir y certificar la huella hídrica de los cultivos, es decir, relevar cuánta agua se consume en la producción.

¿Qué sugerencias dan a los productores?

Hernán Giménez, gerente de Hidroplas

“Lo recomendable siempre para un productor es tecnificarse según sus posibilidades, con un riego parcial aunque sea. Empezar con algo, probarlo y ponerlo en marcha. Luego, puede irse ampliando o trasladarse a un sistema de riego automatizado, que requiere de menos mano de obra y energía, con un mejor uso del agua. La recomendación es empezar por algo básico y poco a poco llegar a ser lo más eficiente que se pueda”.

Luido Scuderi, gerente de Metzer Plas Irrigación

“En primer lugar, tener en claro qué se necesita. Yo siempre digo que los equipos de riego tienen que adaptarse a las necesidades de la finca y del productor, no el productor adaptarse al equipo de riego. La idea es hacer el diseño que se adapte a las necesidades”.

Jairo Trad, CEO y cofundador de Kilimo

“El escenario hídrico en Mendoza es trágico, el productor lo sabe y es muy consciente de que debe actuar o va a estar complicada su rentabilidad y supervivencia. A veces sugerimos probar con sólo una parte del campo, porque comprendemos que el productor tiene que entender cómo funciona el sistema”.Bajos caudales en los ríos y falta de infraestructura en la provincia

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