Esta temporada, esta prenda se reinterpreta para mujeres que no temen llamar la atención ni desafiar convenciones estéticas.
Este invierno 2025, una prenda con historia, elegancia y mucha actitud vuelve a ocupar un lugar de destaque en las pasarelas y en las calles, se trata del esmoquin. Durante décadas fue símbolo del vestir masculino más formal y tradicional, pero esta temporada reaparece en clave femenina, y con una fuerza arrolladora.
El traje de noche por excelencia se reinterpreta para mujeres que no temen llamar la atención ni desafiar convenciones estéticas. La moda, que desde hace varios años viene desdibujando los límites entre lo masculino y lo femenino, encuentra en el esmoquin un símbolo perfecto de ese cruce de estilos.
Las grandes casas de alta costura lo saben, firmas como Nina Ricci, Ermanno Scervino y Dolce & Gabbana lo incluyeron en sus colecciones en su versión más purista: con moño, fajín, pantalón recto y blazer con solapas satinadas. La inspiración clásica se mantiene, pero con un twist que lo vuelve sofisticado, moderno y poderoso en cuerpos femeninos.
Lejos de ser una prenda exclusiva para alfombras rojas o galas de etiqueta, el nuevo esmoquin se adapta al estilo urbano y contemporáneo. Puede llevarse con stilettos o zapatillas, con el pelo recogido o suelto al natural.
En Argentina, una de las figuras locales que se animó a lucirlo fue Tini Stoessel, quien marcó tendencia al aparecer con un esmoquin negro clásico, pero llevado con desenfado, sensualidad y confianza. Su apuesta fue celebrada en redes sociales y replicada por muchas jóvenes que buscan inspiración para vestir distinto, sin perder feminidad.
Y es que el esmoquin exige personalidad. No cualquiera se anima a usarlo porque sigue cargado de un simbolismo de poder, sobriedad y sofisticación que impone presencia. Pero eso mismo es lo que lo vuelve atractivo, una mujer con esmoquin pisa fuerte, se hace notar y redefine lo que es la elegancia.