La producción española transita la vida de una mujer sometida por su marido que busca en los vínculos equivocados la libertad.
Verónica Sánchez es "Ángela" en la miniserie de Netflix
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gentileza Una mujer de apariencia perfecta, con la casa, las hijas y el esposo ideal. Pero nada es como parece detrás de las paredes de la mansión donde vive. Esa es la vida de Ángela, la protagonista de la miniserie homónima que lleva dos semanas entre lo más visto de Netflix.
Basada en la producción británica “Angela Black”, esta versión española realizada por la señal Atresmedia gira en torno a una mujer de alta sociedad, dedicada al cuidado del hogar y de sus hijas, aunque alguna vez fue una arquitecta exitosa. Su esposo, Gonzalo Lara Ormazábal, se muestra amoroso frente al mundo, pero puertas adentro reina con violencia física y psicológica.
Todo cambia con la aparición de "Edu", un antiguo compañero de escuela de Ángela, que si bien al principio no lo recuerda, reaviva en ella el deseo de libertad y le propone un plan para escapar.
La adaptación española toma ciertas licencias respecto a la versión original inglesa, que se estrenó hace cuatro años, aunque en esencia mantiene los puntos más importantes del relato, especialmente la perspectiva desde la que se narra.
Cada episodio ofrece giros sorprendentes que invitan a cuestionar las conclusiones que el espectador va formándose sobre Ángela, su marido y el viejo amigo que, en principio, aparece como un aliado.
Pensada para un público habituado a este tipo de ficciones en las que nada es lo que aparenta, desde su primera escena la serie planta pistas de los secretos que irá revelando a lo largo de sus seis episodios.
Detrás del personaje de Ángela está Verónica Sánchez, actriz oriunda de Sevilla, España. En Sky Rojo, serie que coprotagonizó con Lali Espósito, también abordó temas de violencia de género pero en esa oportunidad en el rol de una prostituta.
Lejos del perfil mediático que suelen tener muchas figuras del espectáculo, Verónica declaró en varias entrevistas que prefiere mantenerse alejada de las redes sociales y que su prioridad es contar historias con profundidad. En Ángela, se apoya en esa filosofía para desaparecer detrás de su personaje y conectar con una realidad que, aunque ficcional, refleja la experiencia de muchas mujeres.
Su trabajo actoral sostiene buena parte de la tensión emocional de la miniserie, que encuentra en ella a su columna vertebral.