Con la mención de una o varias verduras y hortalizas, la inmediata asociación que se hace está relacionada con los alimentos o la salud.
Con la mención de una o varias verduras y hortalizas, la inmediata asociación que se hace está relacionada con los alimentos o la salud.
Pero a través del cultivo de tomates, berenjenas, lechugas o zanahorias, también se puede descubrir el bien que le hace al alma en un enfermo por depresión o afligido por las adicciones, enseñar la necesidad de evitar el derroche de agua, cuidar el medio ambiente, incentivar la imaginación para crear comidas saludables y fomentar la cultura del trabajo y el sacrificio en pequeños de 5 años hasta adultos o padres de familia.
Así lo reflejó un nuevo encuentro de escuelas del Sur mendocino que incluyen, dentro de la currícula, el trabajo con pequeñas huertas. La exposición se realizó en el polideportivo 2.
La iniciativa la gestó el INTA en San Rafael a través del programa Prohuerta seis años atrás y se propagó por la región y el resto de la provincia: ahora es tomada como ejemplo para replicar a nivel Nacional.
"Es un encuentro de socialización y muestra de resultados del trabajo que se hizo a lo largo del año entre el INTA y las escuelas", puntualizó Guillermo Guida, de la agencia de extensión del INTA en San Rafael.
No necesariamente las escuelas con huertas están situadas en la zona rural. El colegio La Buena Madre está emplazado en el barrio Isla del Río Diamante.
Vegetales para tratar la depresión
A través del proyecto solidario Sembrar vidas y cultivar valores inculcan las bondades de tener una huerta pero van más allá de cultivar un alimento.
A través de la siembra de verduras y hortalizas, ayudan a personas con depresión o adictos.
"Con la huerta fomentamos el autoconsumo pero no queda en la escuela: salimos a recorrer el barrio para llevarlo a las familias y colaboramos con personas que tienen algún padecimiento. El hecho de tener y cuidar de una huerta sirve como terapia", dijo Marisa Argüello, profesora de Ciencias Naturales.
La escuela Cruz Roja Argentina se encuentra en el paraje Los Ángeles, Bowen, al Este de General Alvear. Los alumnos están comprometidos con la huerta. Los niños de 5 años son los responsables del cultivo y, a medida que aumenta la edad de los alumnos, cumple cada cual con su función.
Además de hacer conservas con tomates, berenjenas o pimientos, los estudiantes desarrollaron la capacidad de elaborar recetas de comida que después, con el apoyo del personal docente y no docente, lo llevan a la práctica en el comedor escolar.
Una carpeta con 17 recetas propias es la prueba del esfuerzo y también de la imaginación.
"Nos gusta el trabajo con la huerta; con la ayuda de la maestra hacemos comidas creativas, hacemos nuestras recetas y después las comemos en el comedor de la escuela", dijo Lourdes Nieto (9).