La salida del cepo cambiario a partir del lunes 14 de abril provocó movimientos en el valor del dólar oficial que pasó de $1.090 a $1.230, aproximadamente. En el nuevo esquema en que las personas pueden comprar moneda extranjera sin limitaciones, el Gobierno propuso un sistema de bandas cambiarias divergentes.
Así, va a intervenir en el mercado cuando el precio vaya por debajo de los $1.000 y por encima de los $1.400. Pese a que por ahora el valor se ha movido en torno al 12% y en general se espera que vaya a la baja una vez que pase el primer remezón, muchas empresas han comenzado a ajustar sus valores.
Así, los supermercados han recibido nuevas listas con porcentajes diversos y en algunos casos excesivos debido a que se percibe cierta especulación. En este contexto y frente al fin de semana largo por delante muchos han preferido o aguantar los incrementos o frenar las ventas dentro de lo posible. Aunque con miradas diferentes, los comerciantes están a la espera de que dichas subas se retrotraigan frente a un dólar que no creen que suba el 30% sino mucho menos. Hay que tener en cuenta que el consumo viene a la baja desde hace tiempo y que nuevos incrementos pueden ser una fuerte estocada contra este sector. Sin embargo, de manera directa o indirecta los precios de la economía están atados al del dólar.
Por un lado, el valor de muchos alimentos que se exportan como es el caso de los comodities aumentan casi de inmediato cuando la moneda extranjera se mueve porque este mercado está dolarizado. En este caso, productos como la harina y el aceite están directamente impactados y se han comenzado a sentir las subas. Por el otro, los bienes que poseen un componente importado también van al alza ya que aunque el dólar oficial era para pocos, unos de los que los pagaban eran los importadores. Al subir este precio, se espera que se incrementen o los productos que vienen de afuera o los que poseen componente comprados en el exterior.
En última instancia, el factor miedo y especulación debido a la historia argentina, también puede sumar algunos pesos al aumento estipulado. Aunque se descuenta que habrá un impacto en la inflación de abril y probablemente la de mayo, se espera que no supere el 5% y que luego –como anticipó el Gobierno- se concrete una baja paulatina. En este marco, el gerente del mayorista Oscar David, Rubén David, había comentado el lunes que todavía no llegaban nuevas listas. Esta situación cambió y el miércoles 16 declaró que muchas compañías habían actualizado sus valores.
“Algunas lo han hecho en función del tope máximo de $1.400, lo que creo que es irresponsable”, opinó David. Agregó que por la Semana Santa ya no hay posibilidades de hablar con nadie en Buenos Aires –donde están las casas matrices de las empresas- hasta el lunes. “Con lo que tengo en stock lo trato de mantener al mismo precio hasta ver qué pasa con las listas la semana que viene”, explicó David. El empresario agregó que esperan que las empresas revean las subas ya que muchas lo han hecho para cubrirse o en función de un dólar que no llegará al máximo. “Estamos con esa incertidumbre de no saber si lo que vendemos está en precio o no y no lo quiero ofrecer caro, pero también quiero poder reponer lo que sale”, comentó David.
Inflación y precios de alimentos en los supermercados
El dólar se mantuvo estable pero ya empezaron a llegar las nuevas listas de precios.
Los Andes
En esta línea agregó que al menos estos días buscarán manejarse con las compañías que no aumentaron o con el stock que posee que, por otra parte, es limitado. En líneas generales los incrementos han sido del 10%, pero para David los aumentos no serán superiores al 5%. “Por ahí lo subo el diez y la semana que viene me ofrecen un bono al ver que el dólar no se movió tanto”, expresó David y por este motivo ha buscado no ajustar –o hacerlo lo mínimo-. “Estoy siendo lo más responsable posible en cuanto a los precios y peleándola a muerte con las empresas proveedoras que han tomado la devaluación en la banda más ancha en lugar de ser más prudentes o aumentar de manera escalonada”, remarcó el empresario.
Subas moderadas e incertidumbre
Hacia el futuro, Rubén David expresó que si el plan propuesto por el Gobierno resulta, la inflación se va a desplomar. “Reclamamos desde hace tiempo que no se gaste más de lo que entra y que se abra el cepo y ahora todos tenemos que hacer un esfuerzo para que salga bien”, destacó Rubén David. Desde su punto de vista, este y el próximo mes la inflación podría subir al 4 o 5 por ciento, pero después debería comenzar a bajar. “Hay que ver qué sucede en el día a día”, observó el empresario.
Con un tono similar, la Asociación de Panaderos de Mendoza todavía no define incrementos en sus productos pese a que su insumo principal vino con 15% de recargo. No solo la harina subió (producto que ya había crecido muy por encima de la inflación en marzo) sino también otros productos como la manteca o margarina. Sin embargo, con un consumo muy bajo han decidido aguardar antes de concretar incrementos oficiales en sus productos principales y explicaron que la próxima semana podría haber definiciones en este sentido.
En tanto, en los mercados de frutas y verduras se ha dado una situación especial ya que al contrario de lo que se esperaba, no se han registrado aumentos. Ni siquiera de los que vienen de afuera como la banana, el kiwi y la palta. De hecho este producto ha bajado de precio y hay expectativas sobre lo que sucederá la semana pasada. Nahuel Carrasco, de la Unión Frutihortícola de Mendoza relató que hasta el momento los precios no se han movido y atribuyó la situación a que la demanda está a la baja. “Hasta el momento no se han visto incrementos y habrá que ver cómo impacta el precio de muchos fertilizantes en la producción”, comentó Carrasco quien expresó que es preciso aguardar unos días para evaluar las consecuencias de la devaluación en los precios de frutas y hortalizas.