La boxeadora argelina ganó el oro en los Juegos Olímpicos de París 2024 en medio de duras críticas sobre su elegibilidad para la competencia.
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El boxeo olímpico atraviesa una crisis institucional luego de que el presidente de la Asociación Internacional de Boxeo (IBA), Umar Kremlev, exigiera públicamente al Comité Olímpico Internacional (COI) que se le retire la medalla de oro a la argelina Imane Khelif, campeona en la categoría femenina de 63 kg en París 2024.
Según Kremlev, Khelif no cumplía con los criterios de elegibilidad para competir en la rama femenina, en base a dos pruebas de cromosomas y análisis de sangre realizados en 2022 y 2023.
En una entrevista con el medio británico Daily Mail, Kremlev reveló que dos rondas de pruebas de género -una en Turquía y otra en India- identificaron que la boxeadora poseía cromosomas XY, lo que, según la normativa de la IBA, la inhabilita para competir en el boxeo femenino. A pesar de esto, Khelif compitió en los Juegos Olímpicos bajo las reglas del COI, que se basan en la documentación legal -como el sexo en el pasaporte- y no en pruebas biológicas.
“El COI no lucha por la equidad en el deporte. Está regalando medallas según sus intereses políticos. Deberían obligar a Imane Khelif a devolver la medalla olímpica de París”, dijo Kremlev.
“Hay mucha corrupción en torno al COI y se violan muchos principios deportivos”, reclamó.
Kremlev no se guardó críticas y acusó al saliente presidente del COI, Thomas Bach, de ser personalmente responsable de la polémica por Imane Khelif.
“Puso la política en el podio en lugar de a los atletas. Debería arrodillarse y pedir disculpas a todas las boxeadoras víctimas de esta situación”, disparó. Además, tildó a Bach de “rata” y denunció que “el COI está regalando medallas según sus intereses políticos”.
Según el titular de la IBA, el COI ignoró deliberadamente las pruebas concluyentes, pese a que fueron comunicadas formalmente, y permitió que Khelif regresara al ring en París, luego de haber sido descalificada de torneos previos por la propia federación internacional.
Kremlev aprovechó para defender el sistema de control biológico de género de la IBA y rechazar cualquier alternativa como la creación de una tercera categoría en el deporte de élite.
Por su parte, el COI respondió en términos firmes. Su vocero, Mark Adams, desestimó los resultados: “Las pruebas de la IBA no son legítimas. Ni el método, ni el proceso, ni la validez científica están comprobados”.
Además, el COI ratificó que sus reglas contemplan el nivel de testosterona y la documentación legal como ejes para determinar la elegibilidad de atletas transgénero e intersexuales.
Mientras tanto, Imane Khelif respetó el silencio respecto a la controversia. Sólo compartió una publicación ambigua en redes sociales y no apeló ninguno de los fallos ni comentó sobre su situación.
Kremlev, en cambio, elogió la legislación impulsada por Donald Trump en Estados Unidos para prohibir la participación de mujeres trans en deportes femeninos, y aseguró que esa postura “protege la integridad del deporte”.