Godoy Cruz e Independiente Rivadavia se verán las caras el próximo sábado. Un repaso de los principales capítulos entre unos y otros.
Independiente Rivadavia y Godoy Cruz igualaron en el año 2024 por el torneo de Primera División.
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Prensa CLub Godoy Cruz La historia entre Independiente Rivadavia y Godoy Cruz recorre las décadas, y tiñe de recuerdos a propios y extraños a lo largo y ancho de las diversas categorías del fútbol argentino. Desde la tradicional Liga Mendocina hasta la Liga Profesional, repleta de curiosidades y momentos memorables.
El del sábado no es un partido común. Es el choque entre dos equipos que han sabido convertirse en constantes representantes de la provincia en las máximas competencias de la AFA, y que han jugado cerca de 200 veces.
En total, contando el torneo vernáculo, se han enfrentado 171 veces, con 87 triunfos de Independiente, 43 de Godoy Cruz y 41 igualdades, siendo por supuesto la Liga Mendocina el lugar en el cual más chocaron.
Si nos centramos solamente en torneos de AFA, los duelos han sido 12, con 6 victorias del Tomba, 5 empates, y 1 festejo Leproso. En este sentido, la Primera B Nacional fue el ámbito donde más se cruzaron, con un total de 9 juegos.
Dejando de lado la fría estadística, ambos protagonizaron encuentros que quedaron en el recuerdo. La gran alegría Leprosa en estos duelos corresponde a la Liga Mendocina. El 3 de julio de 1993, el elenco del Parque venció 2 a 1 al Expreso en el Malvinas Argentinas, con los goles de Minotto y Zanel en dos oportunidades (una en contra y otra a favor), adjudicándose la final anual que disputaron por ser los ganadores del Apertura y Clausura. El hecho anecdótico fue que para Independiente jugó Daniel Oldrá, ídolo y referente Tombino.
Ya en nuestro siglo, el 9 de abril de 2002, en el Malvinas Argentinas, Godoy Cruz superó 1-0 a Independiente Rivadavia con el solitario tanto de Alejandro “Cachorro” Abaurre, condenando al Azul a descender al Argentino A. Un par más de años más tarde, el 15 de mayo de 2008, se midieron por última vez en el segundo escalón del fútbol argentino, y David Fernández quedó inmortalizado con el famoso gol con los botines rojos en el Bautista Gargantini para la victoria por la mínima diferencia.
Es normal que en el fútbol mendocino se dé el cruce de jugadores de una institución a la otra. Sin embargo, curiosa es la historia de los Garín, uno de los apellidos más fuertes del deporte de Mendoza. Mientras el padre fue campeón e ídolo con la Lepra, el hijo se formó y ascendió a Primera con el Tomba.
Ernesto Garín, más conocido como el Gato, debutó con 16 años en el arco de Independiente, y se destacó por ser uno de los pilares de la campaña del Nacional 82, la más importante de la provincia. Hace algunos años, le contó a Diario Los Andes: "Mi papá era jugador de Godoy Cruz, y obviamente allí comencé a jugar. Mi primera foto es con él fue en la cancha vieja del Tomba. Al Feliciano Gambarte lo conocí de punta a punta. A los 9 años, se va como técnico de inferiores a la Lepra, y yo me fui con él. A los 16 años ya debuté en Primera”.
Muchos años después, en el 2005, su hijo Ernesto debutó con el plantel superior del Expreso, siendo parte y testigo de la época dorada del club, que incluyó dos ascensos a Primera División, donde llegó a convertirle a Chiquito Romero en un Racing - Godoy Cruz en el 2007. Luego, al igual que su padre, Tito pasó por varios clubes mendocinos donde también dejó su huella.
Además de diferenciarse en el color de la camiseta, padre e hijo también se distanciaron en un aspecto fundamental: el Gato fue un díscolo arquero, y Tito un veloz volante o extremo por afuera.
Ya en nuestros tiempos, ambas instituciones se reunieron en la Liga Profesional, donde se midieron tras 16 años sin encontrarse.
En el marco de la segunda fecha, el Bautista Gargantini recibió un duro y parejo partido, que terminó igualado 0 a 0 tras varias chances desperdiciadas por bando. Ese sábado 18 de mayo, con Darío Herrera como árbitro, dos viejos contrincantes revivieron una rivalidad que tendrá este fin de semana otro capítulo.