La CNEA (Comisión Nacional de Energía Atómica) acaba de cumplir 75 años desde su creación el 31 de mayo de 1950 (Dcto. 10.936/50 Pte. JDPerón), fecha en que también se celebra el Día de la Energía Atómica.
La CNEA ha demostrado ser un organismo clave para la innovación y el progreso del país y sus logros son el resultado del trabajo de científicos, técnicos y profesionales que han dedicado su vida a la causa de la ciencia y la tecnología nuclear.
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La CNEA (Comisión Nacional de Energía Atómica) acaba de cumplir 75 años desde su creación el 31 de mayo de 1950 (Dcto. 10.936/50 Pte. JDPerón), fecha en que también se celebra el Día de la Energía Atómica.
Desde entonces, la CNEA es una institución argentina señera y de referencia en el desarrollo nuclear, en la investigación científica y en la generación de energía eléctrica (Atucha 1, Embalse Río Tercero y Atucha 2).
La CNEA ha liderado, entre otros, proyectos como la construcción y operación de dichas centrales nucleares, la producción de radioisótopos, y la investigación en áreas como la medicina nuclear.
En la actualidad, la CNEA continúa desarrollando tecnologías y proyectos estratégicos para el país, como el CAREM-25 y el RA-10, un reactor multipropósito para la producción de radioisótopos y la investigación científica.
Esta celebración, constituye una oportunidad para reconocer la importancia de la ciencia y la tecnología en el desarrollo de Argentina, debido a que la CNEA ha demostrado ser un organismo clave para la innovación y el progreso del país y sus logros son el resultado del trabajo de científicos, técnicos y profesionales que han dedicado su vida a la causa de la ciencia y la tecnología nuclear.
En resumen, la CNEA cumple 75 años como una institución clave para el desarrollo de la ciencia y la tecnología nuclear en Argentina, en beneficio de todos los habitantes de nuestro suelo, sin distinción.
Una auspiciosa relación asomaba ya en 1952 con la confirmación de la existencia de uranio en San Isidro (mina "Soberanía Nacional").
Pero en nuestro país, sería Malargüe (minas "Huemul" y "Agua Botada") la pionera en la explotación industrial del uranio a cargo de CNEA.
En 1978 se inicia la explotación en "Sierra Pintada", San Rafael, riquísimo yacimiento que con su planta industrial proveyó durante dos décadas, del concentrado de uranio U3O2, esencial para la fabricación del combustible para las centrales nucleares.
En el campo de la agricultura la lucha contra la Mosca del Mediterráneo y –en la medicina principalmente– la Escuela de Medicina Nuclear, han significado un inmenso beneficio para los habitantes de Mendoza y de otras latitudes también.
Si bien el balance en la relación CNEA-Mendoza, es muy positivo para ambas, podría haberlo sido aún en mayor escala.
Más de 50 años en la atención de los beneficios (usos pacíficos) de esta fantástica herramienta del progreso, con más de 40 publicaciones de nuestra autoría en diario Los Andes, nos permiten hoy señalar los principales errores de la política provincial en la materia; ellos son:
1- Haber tolerado la inconsulta, nefasta e ilegal clausura de la explotación de Sierra Pintada, consumada por el menemismo en 1995.
2- No haber creado, en coordinación con la Universidad Nacional de Cuyo y bajo la dependencia del Instituto Balseiro, un Centro Tecnológico Nuclear en "25 de Mayo", San Rafael.
3 - Haber "tolerado" mediante la simple desatención, el boicot consumado por el lobby importador de concentrado de uranio, que entre otras acciones abortó la presentación en la Audiencia Pública (en Cine Roma, San Rafael), de la propuesta de reapertura de la explotación de uranio de Sierra Pintada, elaborada por los profesionales y técnicos de CNEA.
4 - Haber omitido considerar nuestra propuesta de reapertura y de nuevo Convenio de explotación de Sierra Pintada, a través de una empresa mixta constituida por la provincia de Mendoza, los tres municipios del Sur Mendocino, la CNEA y particulares.
Los ya célebres científicos argentinos Enrique Gaviola, José Antonio Balseiro y Arturo Sábato, y propiamente en Mendoza los recordados geólogos Héctor Achén, José Bellucco y Sergio Aldebert, todos ellos ya fallecidos, vienen, aquí y ahora, a la memoria como paradigmático ejemplo de esfuerzo, patriotismo y grandeza al servicio de la comunidad.
Sirvan estas palabras como sincero homenaje evocativo, que autorice hoy, engalanar el magno festejo del 75 Aniversario de la CNEA.
* El autor fue titular de las Cátedras de Derecho de Ambiente y Energía. Universidad de Mendoza y Universidad del Aconcagua.