César Litvin: “Esta reforma tributaria es demasiado gradual”

En la Bolsa de Comercio, César Litvin, CEO del estudio Lisicki, Litvin & Asociados, brindó una charla sobre el impacto económico e impositivo en los negocios. El experto dialogó con Los Andes sobre la necesidad de un sistema impositivo moderno, la concreción del Pacto Fiscal y los problemas de competitividad.

“Partimos de un sistema de alta presión fiscal. Entre impuestos nacionales, provinciales y municipales, 2015 fue el pico de mayor carga tributaria de la historia económica argentina”, señala Litvin presentando el escenario desde el cual despegará esta entrevista.

El profesor de la cátedra de Teoría y Técnica Impositiva, en la UBA había señalado la necesidad de contar con un sistema de tasas más efectivo.

“Tuvimos un sistema tributario que fue armado con muchos parches, reglas creadas a medida que se necesitó aumentar la recaudación. Impuestos contaminados –por la distorsión que producen en los precios–, como el impuesto al cheque, a las importaciones o el de las ganancias al popularizarlo.

El escenario era muy malo y hacía falta implementar una reforma”.

-¿Esta reforma, resuelve los problemas del sistema?

-No, pero hacerla fue una primera etapa. Estamos condicionados por un déficit fiscal que sigue siendo importante y no podemos darnos el lujo de quitas en los impuestos, porque también se van a reducir los ingresos del Estado.

-¿Cuánto tiene que ver el gasto de la política?

-Tiene algo que ver; es ahí donde hace falta el coraje para hacer una reducción de lo que es improductivo, pero eso no se resuelve en poco tiempo. Hay que alinear los gastos.

-¿Dónde radica el cambio en el sistema tributario?

-Esta reforma incluye una baja gradual de la presión fiscal de 1,5% en los próximos cinco años, que sumada a lo que se proyecta en la quita de impuestos provinciales (por la firma del consenso fiscal), hace que la rebaja de impuestos locales pueda alcanzar a 2,5% del PBI, en la medida en la que los gobernadores cumplan con lo que firmaron.

Es decir que de acá a cinco años la presión fiscal puede reducirse cuatro puntos. Es un número significativo y puede generar una gran competitividad para nuestros productos.

-En cuanto a la competitividad, ¿cómo piensa usted que se va a avanzar?

-Una pata importante para la competitividad de nuestros productos es el tema tributario, sin lugar a dudas; pero también es muy importante la reforma laboral, teniendo en cuenta las nuevas tecnologías. Es necesario que nos aggiornemos y tengamos un régimen laboral más moderno para generar empleo y atraer inversiones. El año pasado Brasil hizo una muy buena reforma laboral y nos obliga a mejorar para ser competitivos.

-Si tuviese que plantear este cambio en medidas, ¿cuáles aplicaría para contar con un sistema laboral más efectivo?

-Priorizaría la adecuación a las nuevas tendencias y asumiría la robotización como un dato objetivo. Esto último es algo que se viene y pronto va a estar instalado. Hay que adecuar las normas laborales a eso y mirar lo que hacen los países que tiene pleno empleo. Además debemos tratar de reducir la “cuña fiscal”, que es el costo laboral de tomar un nuevo empleado.

-¿Y en lo que respecta a los autónomos?

-Los autónomos en los últimos 15 años han quedado relegados desde el punto de vista impositivo con respecto a los asalariados, porque hubo mucho más beneficios en las bajas para un empleado que para ellos, cuando ambos son trabajadores. Esta reforma mejoró la situación elevando algunas reducciones, pero la brecha entre ambos sigue siendo importante. Un tema a resolver es el Monotributo.

-¿Por qué?

-Es un esquema que funciona para los pequeños contribuyentes. Normalmente en épocas inflacionarias los montos por los que se divide a las distintas categorías se van evaporando; entonces el salto del Monotributo al Responsable Inscripto es grande y genera un problema de competitividad. Habría que armar un puente para hacer esa transición menos traumática, para que muchos que ya no son monotributistas -por el volumen de su trabajo- se animen al cambio y no sigan ocultos en una categoría menor.

-¿Qué medidas aplicaría en lo tributario?

-Para mi gusto esta reforma tributaria es demasiado gradual, quizá debería ser un poco más enérgica para que tenga un resultado más efectivo en este contexto. Luego de  la devaluación y la suba del  pico inflacionario tenemos que ser más enérgicos con la competitividad, que es la única posibilidad que Argentina tiene de insertarse en el mundo, generar empleo y atraer inversiones.

-Marcó como punto importante de la presión fiscal la quita de los Ingresos Brutos, ¿qué va a pasar con este impuesto?

-Es muy importante el rol de los gobernadores, en el sentido que cumplan con lo pactado en el acuerdo fiscal. Que eliminen y rebajen Ingresos Brutos de acuerdo a lo prometido, pero que no aumenten las alícuotas en otras actividades.

Los impuestos distorsivos son el hilo conductor de la exposición que brindó en la Bolsa de Comercio. Minutos antes del inicio de la conferencia, César Litvin destacó: "Este año, 14 provincias aumentaron Ingresos Brutos en actividades minoristas y mayoristas, y eso repercutió en las listas de precios.

Ese impuesto no se ve, pero repercute en el precio final; es un tema que puede distorsionar el objetivo de lograr la reducción de tasas provinciales tras el Pacto Fiscal".

“Ingresos Brutos es un impuesto medieval que no existe en otras partes del mundo", subraya el profesor. Apuntando al último escalón del Estado, explica: “Los municipios han desarrollado mucha creatividad y talento para generar tasas gravando cualquier tipo de cosas”.

-De acuerdo al presente, ¿cómo imagina 2019?

-El año que viene se vislumbra mejor que este año. Entre abril y mayo hemos tenido la tormenta perfecta por causas internas y externas. Creo que entre una buena cosecha, el mejoramiento del tipo de cambio, las exportaciones y la potencia que imprime el yacimiento de Vaca Muerta, será un año de recuperación económica.

Cesar Litvin, se graduó  como contador en la Universidad Nacional del Nordeste en 1979. Es especialista tributario y en 1987 fundó el estudio Lisicki, Litvin & Asociados, empresa de la que es Ceo. Desde 1995 es el profesor asociado de la Cátedra de Teoría y Técnica Impositiva de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Hace seis años preside el Instituto Tributario Argentino. También presidió la Comisión de Impuestos del Colegio de Graduados en Ciencias Económicas y fue coordinador de la Comisión de Asuntos Tributarios del Consejo de Ciencias Económicas. Entre sus publicaciones se destaca Régimen sancionatorio en materia tributaria (2013).