Barbie Pichot: “Los clubes tienen que abrirse”

Se llevó a cabo en Mendoza una importante capacitación de Rugby Femenino, organizado por la Unión de Rugby de Cuyo y coordinado por la UAR (Unión Argentina de Rugby). La misma estuvo a cargo de Bárbara Pichot, referente de la rama en este deporte y hermana del ex rugby de Los Pumas, Agustín Pichot, actual vicepresidente de la entidad que centra el deporte a nivel internacional, siendo el representante de Sudamérica en la World Rugby.

Bárbara Pichot estuvo presente el pasado fin de semana, disertando en un curso abierto desarrollado en Teqüe Rugby, con el fin de que la disciplina se difunda y se practique con el espíritu de pertenencia, amistad y competencia.

Pichot viene realizando giras por todo el país con el fin de desarrollar la actividad pensando en la formación de jugadoras con proyectos a futuros en diferentes seleccionados. 

Como ex maestra "quise mezclar la educación con el rugby. Crié a mi hija sola y al cumplir ella 20 años quise dedicarme a colaborar con el rugby femenino. Se lo planteé a Agustín y me motivó para llevar a cabo este proyecto que comenzó hace dos años".

“Cuesta un montón instalar el rugby femenino. Con el machismo en contra, fue difícil, pero las mujeres somos impulsivas, somos de tomar decisiones firmes y lo que queremos, lo logramos. A través de todo este movimiento feminista que hubo en los últimos tiempos se dio la posibilidad”.

"Soy la mayor de los Pichot, y somos una familia de rugby. Enrique es entrenador de Los Pumitas, Agustín en la UAR, el otro (Joaquín) vive en Italia y entrena a un equipo. Siempre estuve rodeada del mundo ovalado. Y cuando vi el femenino y lo que les cuesta arrancar, es cuando me involucré", comenzó el diálogo Barbie.

-¿Qué descubriste en el rugby femenino?

-Me metí hace dos años. Empecé a conocer el ambiente y te puedo afirmar que la mujer que juega al rugby es una guerrera. A ellas no les dieron a elegir el rugby, no está esa opción. A ellas les suelen decir ‘jugás al hockey o hacés gimnasia artística’. Y estas mujeres decidieron jugar al rugby pese a todos los prejuicios. Se bancan que les digan marimachos, eso es para hombres, sos ‘torta’...pero luchan contra todo eso. Estamos en una sociedad que está cambiando. La mujer tiene otro lugar dentro de ella y los clubes tienen que abrirse.

-En Argentina tenés provincias que desarrollan el rugby femenino desde hace años y otras que se resisten.

-En Tucumán el rugby femenino está al mismo nivel que el masculino. Y es divino verlas porque hay desde infantiles hasta mayores. Es un ejemplo, y a eso debemos apuntar a nivel nacional. Tenemos que formar semilleros para tener después un buen equipo en las mayores.

-¿Dónde están las falencias en el desarrollo del rugby femenino?

-La falla más notable está en las juveniles porque no tienen competencias. Sin embargo se está trabajando en todas las uniones para que comiencen a crear competencia con los tac rugby (sin contacto) para que se animen a jugar.

-Sin embargo la UAR tiene su seleccionado femenino.

-Tenemos un seleccionado de seven. La misma comenzará a trabajar el próximo 15 de este mes, pero no para entrenar pensando en el próximo Mundial, sino que estamos pensando más hacia futuro. Porque podemos ganarle a Colombia y a Brasil en el Sudamericano, pero no a una Inglaterra o a las Black Ferns (Nueva Zelanda), ahí vamos a sentir la diferencia. Somos conscientes que tenemos que hacer un largo proceso para acercarnos.

-¿Qué necesita el rugby femenino hoy?

-Difusión, desarrollo y competencia. Son las tres bases que este deporte necesita; claro está, con un sostén económico. Porque el rugby femenino es practicado por chicas de clase media y baja, y todas esas jugadoras les cuesta ficharse, competir, moverse. No todas dicen ‘che papi dame plata que me quiero fichar’. Ellas venden empanadas, tortas, hacen fiestas para poder jugar. Desde la UAR se está tratando los casos para que las chicas se puedan fichar y puedan jugar al rugby, proporcionándoles medios para que lleguen a los clubes y la competencia sea más pareja. Lo que hay que mejorar es la calidad del rugby femenino.

-¿Hay clubes que se resisten a tener rugby femenino?

-Si, pero yo no voy a luchar con esos clubes porque ¿para qué querés obligar a una institución a meter chicas, si no las quiere? Van a terminar siendo satélites de ese club y no van a tener el sentido de pertenencia. Y lo que queremos es que esa camiseta que vistan sea de ellas, la sientan y la tengan pintada en la piel como en los chicos. Que jueguen por su club. Es uno de los valores del rugby, como el sentido de equipo, de amistad. Si no le das el sentido de pertenencia, no le das nada, es otro deporte más y no rugby.

Barbie pasó por Mendoza y continuará su gira por el resto del país para captar jugadoras, promocionar y difundir el rugby femenino en todas las asociaciones con un fin claro: "Que el rugby femenino crezca y que las chicas tengan ganas de jugar y de pertenecer a un club".