La primera asociación mental que cualquier persona hace cuando le hablan de playas con arenas blancas, aguas turquesas y templadas es algún destino del Caribe o, por qué no, de la Polinesia. Sin embargo, en la costa del Pacífico Chileno, a poco más de 1.000 kilómetros de Mendoza -la misma distancia de las playas bonaerenses- y a unos 400 kilómetros al norte de La Serena, una playa cumple con todos estos requisitos. Y, aunque no es muy conocida ni está entre las más visitadas por mendocinos y argentinos, sus atractivos la convierten en un verdadero tesoro por explorar.
Pese a estar enclavada en el siempre frío Pacífico chileno, el agua en las playas de Bahía Inglesa es más templada (algo constante mientras más al norte de la costa del océano uno se va retirando). Y el paisaje marítimo está coronado por islotes rocosos y una especie de “oasis” en medio de la puerta de entrada al atrapante desierto de Atacama.
Los espectaculares paisajes del lugar, sumado a la calma de una ciudad que sigue siendo pequeña y remota, convierten a Bahía Inglesa en una exclusiva playa dentro de la Costa del Pacífico. Además, la posibilidad de recorrer el mencionado desierto de Atacama -una de las maravillas del norte chileno- actúan como otro atractivo para quienes eligen este destino. De hecho, Bahía Inglesa es considerada como la puerta de entrada a una sucesión de maravillas naturales dignas de ser recorridas en el Norte chileno, que no solamente incluye playas, sino -además- áreas naturales protegidas.
Una de estas áreas es el Parque Nacional Pan de Azúcar, ubicado a 140 kilómetros al norte de Bahía Inglesa y donde los paisajes se asemejan más a los del planeta Marte, acompañados de la presencia de guanacos, zorros y cangrejos.
QUÉ HACER EN BAHÍA INGLESA Y DÓNDE ALOJARSE
Bahía Inglesa es un destino cada vez más popular y común entre quienes tienen la posibilidad de visitarlo, aunque ello no le impide ser considerablemente más tranquila y agreste que las otras playas más populares de Chile (Viña del Mar, Reñaca o La Serena, solo por mencionar algunas). Se encuentra en la comuna de Caldera, dentro de la región de Atacama, y la mayoría de sus actividades giran en torno al paisaje y al entorno maravilloso.
Al ser Caldera la ciudad más importante de la zona, en lo que hace a oferta gastronómica ampliada y “movimiento”, todo se muda a esta ciudad (a 6 kilómetros), de igual manera si la intención es ir a grandes supermercados. Sin embargo, si el plan es disfrutar del silencio, la tranquilidad y la “vida pacífica del Pacífico”, no hace falta moverse de Bahía Inglesa. ¡Si hasta cuenta con un par de minimarkets para hacerse con los víveres más indispensables!
Las opciones de alojamiento en Bahía Inglesa son limitadas, pero -al mismo tiempo- variadas. Y es que hay desde hoteles y alojamientos tradicionales (en plataformas como Airbnb) hasta un camping más acorde al entorno.
También hay opciones de alojamiento directamente en Caldera, con una oferta más amplia y, por ende, precios más variados y competitivos.
De regreso en Bahía Inglesa -también llamada Puerto Inglés-, a la suave y blanca arena y a las cálidas y cristalinas aguas de ese sector del Pacífico se le suman otros atractivos naturales, como son el oleaje suave que golpea y rodea a las piedras y la escasa pendiente (que convierten al mar en una especie de pileta natural en el lugar). Las playas más conocidas de Bahía Inglesa son El Chuncho, La Piscina, Playa Blanca, Bahía Cisne, Los Patos, Las Machas y Ramada (estas últimas 4 más retiradas de la zona de concentración).
Las principales actividades recreativas y deportivas que se pueden practicar en Bahía Inglesa son kitesurf y surf, buceo, kayak, paseos en “banana” (ese inflable que es tirado por una moto esquí) y pesca recreativa. Además, en tierra firme, es un destino ideal para pasear y recorrerlo en bicicleta, hacer picnic o, simplemente, detenerse a contemplar -y fotografías- la flora y fauna del lugar.
En toda la región (incluyendo también a Caldera), en tanto, el circuito turístico y cultural permite visitar la primera estación de trenes que fue inaugurada en América del Sur (en 1850) y que en la actualidad funciona como centro cultural. La imponente Iglesia de San Vicente de Paul, construida por Gustave Eiffel (el mismo de la torre parisina) también es otro de los atractivos en Caldera.
En cuanto a gastronomía, la especialidad de la región son los ostiones vivos, ya sea cocidos a la parmesana o bien con limón.
EL MARAVILLOSO DESIERTO FLORIDO
Bahía Inglesa y Caldera son la “puerta de entrada” al imponente y asombroso desierto de Atacama, una de las maravillas del Norte de Chile. Y en esta vasta extensión se suele dar un fenómeno que, aunque es atípico, es hermoso para disfrutar. Se trata del “Desierto Florido”, un espectáculo natural que coincide con la primavera y que, precisamente, tuvo lugar entre septiembre y octubre de 2022.
A pesar de ser una zona árida y monótona (como cualquier desierto), si se registra un año lluvioso -como ocurrió en 2022-, florece en gran parte del desierto una especie de alfombra natural de flores de todo tipo y con los colores más vivos que puedan llegar a imaginarse.
Hace dos primaveras, este espectáculo natural sorprendió a los visitantes y fue toda una atracción para quienes viajaron al desierto de Atacama y pudieron disfrutar de un paisaje florecido y multicolor. La recomendación para los visitantes que llegan al lugar es utilizar únicamente los senderos habilitados dentro de la superficie.
CÓMO LLEGAR A BAHÍA INGLESA DESDE MENDOZA Y DESDE ARGENTINA
Desde Argentina, la forma más rápida de llegar a Bahía Inglesa es vía aérea. La ciudad balnearia se encuentra a 20 kilómetros (25 minutos) del aeropuerto de Copiapó. Mientras que vía terrestre, el viaje -desde Mendoza- incluye casi 1.100 kilómetros.
Si bien Bahía Inglesa se encuentra a la altura de La Rioja (trazando una línea horizontal imaginaria con el mapa de Argentina), el mejor camino para completar el viaje es el del Paso Internacional Cristo Redentor (por Mendoza).
Como en cualquiera de los viajes a Chile por el corredor internacional, hay que ir por la Ruta 7 hasta llegar a Chile, mientras que ya del lado chileno el viaje continúa por la ruta 60. Antes de llegar a Quillota (en las inmediaciones de Viña del Mar), hay que tomar por la tradicional ruta 5 chilena hacia el norte y seguir durante casi 800 kilómetros hasta Copiapó. Y desde allí, siempre por la ruta 5, tomar hacia el oeste con destino a Bahía Inglesa y Caldera.
En total son 1.107 kilómetros, con un tiempo de viaje estimado en casi 14 horas.