Si bien el cambio climático es algo global, lo cierto es que las conductas de los ciudadanos, las acciones de las empresas y organismos así como las gestiones de los gobiernos inciden en su impacto. Por ello, se considera a las ciudades un actor privilegiado en la toma de decisiones y estrategias para mitigarlo y un actor crucial en cuanto al cuidado del medio ambiente.
Es en ese contexto que por estos días, Mendoza es sede del 25° Congreso de Cideu, un organismo internacional que reúne ciudades para trabajar en red sobre la temática. Este nuevo encuentro anual se denomina “Planificación y acción climática en las ciudades”.
La Ciudad de Mendoza, como anfitriona, recibe a especialistas y autoridades de diversas urbes del mundo para generar un diálogo y plantear acciones en torno a las condiciones en que las ciudades afrontan el cambio climático y las estrategias que pueden implementarse.
Para la organización, que cuenta con 120 ciudades miembro, el cambio climático es uno de los principales desafíos a nivel mundial y las ciudades son escenarios locales de dinámicas globales por lo que creen que cumplen un rol fundamental en la gestión de la variante climática.
Que Mendoza sea sede responde a dos aspectos. Por un lado, el intendente de la Ciudad, Ulpiano Suárez, es el vicepresidente de la entidad desde 2022 y hasta 2024, cuando pasará a ser presidente. Pero por otra parte, tal cual destacó la secretaria general de Cideu, Laura Pérez Castaño, la ciudad tiene particularidades que la ponen en relieve frente a otras urbes respecto a este tema.
En ese sentido, destacó su arboleda, la apuesta a las ciclovías y que se le de un lugar al peatón que no tiene en otras urbes.
“Este congreso muestra que las ciudades somos muy conscientes de la responsabilidad que tenemos. Incluso podemos decir, por la cantidad de emisiones que lanzan las ciudades, que somos causa del cambio climático, pero pensamos que también podemos ser solución”, afirmó la española.
Sobre Mendoza, dijo que “es una ciudad sorprendentemente verde, no es el caso de la mayor parte de las ciudades que forman parte del CIDEU”.
En ese sentido, Suárez destacó el confort climático o ambiental en la Ciudad. “Tiene aproximadamente 40 metros cuadrados de espacio verde por habitante, lo cual creo que triplica, si mal no recuerdo, lo que sugiere la Organización Mundial de la Salud. O sea que estamos con muy buenos indicadores”.
Pérez Castaño también hizo referencia a otro aspecto destacado que abordarán estos días en el que Mendoza está bien posicionada: la pacificación y diseño del espacio público y la movilidad. “Se acabó la era del coche privado como la movilidad preponderante de las ciudades. Es totalmente insostenible, hay que hacer una apuesta por una movilidad sostenible, una movilidad que incorpore, celebramos las ciclovías”, expresó. En este punto destacó que en su recorrido por la ciudad tras su llegada, ha visto con buenos ojos el despliegue y uso que se hace a nivel local de este recurso.
Asimismo resaltó: “Es una ciudad que acepta y da la bienvenida al peatón en comparación con otras ciudades de la envergadura que tiene Mendoza”.
Asimismo, el intendente destacó que la ciudad cuenta con 45 kilómetros de ciclovías. “Sabemos que hay muchos automovilistas que se quejan de cada nueva cuadra de ciclovía, pero hay que contarles que representan un 10% del total de las arterias que tienen los automovilistas para desplazarse. Entonces hoy se trata de democratizar el espacio público”, subrayó.
Problemáticas y desafíos
La movilidad es uno de los ejes más fuertes en los que se pone el foco. Uno de los temas que más impacta en cuestión ambiental es el incremento del parque automotor. Esto afecta de lleno en la ciudad que recibe el ingreso de 250.000 personas por día, la mayor parte, en auto. Por eso es algo que se busca trabajar ofreciendo medios alternativos y un transporte público eficiente, que tal cual señaló Pérez Castaño, es el futuro.
“Tenemos inventarios de gases de efecto invernadero que dicen que aproximadamente el 50% de los factores de emisión, en realidad actualmente el 48%, provienen de la movilidad, la forma en que nos desplazamos. Cerca de un 35%de la energía que utilizamos, principalmente derivada de combustibles fósiles, y un 15%, el resto, de los residuos sólidos urbanos, los residuos que se generan en la ciudad”, apuntó el intendente.
Es que otro aspecto que incide notoriamente es el de los residuos sólidos urbanos: 85% de los que se producen en la ciudad de Mendoza se generan en el microcentro. Para afrontarlo, desde la comuna modificaron los días de recolección, dejaron uno específicamente para residuos secos reciclables, buscan el aprovechamiento y así favorecen la economía circular y los puntos verdes.
Acciones de la ciudad
En cuanto a cuál ha sido el impacto del cambio climático en Mendoza, Suárez mencionó que uno de ellos “es la tremenda sequía que la está afectando y obviamente su impacto en la vida en la ciudad, en la vida para las personas, para el desarrollo de la actividad económica, para la biodiversidad”, refirió.
Recordó que conscientes de esto, en enero del 2020 se declaró la emergencia climática en la Ciudad. Ante esto, señaló que se requería gestión y gobernanza climática y una agenda compartida que le diera aval. Para ello se avanzó en convocar a diversos sectores de la sociedad: el sector privado, las empresas, los emprendedores, las organizaciones, la sociedad civil, las universidades. A partir de ello se conformó el Comité Municipal de Cambio Climático, que -destacó- ha funcionado de manera ininterrumpida desde entonces con más de 15 reuniones. La participación de la academia le da legitimidad y la agenda compartida le permite sostenibilidad en el tiempo, consideró.
Además, la ciudad fijó metas al 2030, en las que estableció acciones de mitigación y adaptación, considerando justamente los tres factores de emisión mencionados. Suárez dijo que ya las cumplieron, 7 años antes.
Desafíos: hacia donde ir
Para Pérez Cataño, un aspecto fundamental a considerar es que las estrategias que se requiere implementar exceden gestiones de cuatro años y deben ser políticas de más largo plazo. “Las grandes infraestructuras de las ciudades tienen que planificarse y tienen que tener continuidad para que realmente la ciudadanía note el cambio. De repente, tener una herramienta como es el plan estratégico metropolitano te hace tener a una inteligencia de estrategas urbanos que van a asesorar a los equipos de gobierno en que no olviden que la ciudad no se construye en cuatro años, que los planes de transformación acostumbran a ser a medio plazo, a largo plazo, suponen una inversión importante y a veces son también multi institucionales, necesitan de las alianzas con otros niveles de la institución, por lo tanto es una herramienta muy útil”.
Consideró que uno de los grandes desafíos es la necesidad de un cambio cultural sobre cómo vivir la ciudad. “Diría al menos dos elementos. El primero es el consumo. Cómo consumimos, qué consumimos. Aquí las ciudades tenemos un rol, la ciudadanía tiene un rol de conciencia de la generación de residuos y no hablo sólo de reciclar, hablo de contaminar menos, hablo de consumir menos”, enumeró. Luego agregó: “El segundo es la movilidad y a mí me parece que en el ámbito urbano este es un tema clave, tiene que ver con la proyección del urbanismo, es decir, que cada transformación urbanística nos lleve a un futuro más verde, nos lleve a un futuro más peatonalizado y con una movilidad que apueste por el transporte público. No podemos pedirle a la ciudadanía que sacrifique el coche, sino tiene una alternativa que es de calidad, donde reduzcan el tiempo”.
El congreso
En él se abordarán los desafíos del cambio climático a partir de una doble mirada: cómo se planifican las ciudades y qué instrumentos se usan para incorporar la variable climática, y en segundo lugar, qué acciones se están implementando. La intención es, con acción colaborativa, construir una estrategia para una planificación y gestión climática que sirva como guía a las ciudades iberoamericanas.
En este marco se realizó la Reunión anual del Consejo Rector donde se trabajó sobre las ciudades que se vienen, el derecho a la vivienda, el presupuesto y fiscalidad anual con perspectiva de género, la movilidad activa, la planificación y gobernanza en las metrópolis y las acciones a desarrollar frente al cambio climático.