Tres líneas político-ideológicas en la región

Veinte años atrás todos los países iberoamericanos de América del Sur tenían una relación económico-comercial más intensa con Estados Unidos que con China. Ahora es exactamente a la inversa: en comercio y en inversiones en infraestructura, la potencia asiática lo ha superado. Impedir que esa situación se traslade al ámbito político-militar es prioritario para Estados Unidos en la región.

Los presidentes de EE.UU. y Brasil, Joe Biden y Lula da Silva respectivamente.
Los presidentes de EE.UU. y Brasil, Joe Biden y Lula da Silva respectivamente.

La crisis diplomática que se ha producido entre México y Ecuador confirma que en América Latina se perfilan tres líneas en lo político-ideológico. Se define nítidamente la de las dictaduras, integrada por Venezuela, Cuba y Nicaragua. En alguna medida Bolivia y Honduras coinciden con algunas de sus posiciones.

La caracteriza la inexistencia de elecciones libres, la violación de la libertad de prensa y el no temer al aislamiento internacional. Si bien hoy el régimen cubano enfrenta una fuerte crisis económica, la realidad es que ha logrado sobrevivir políticamente a sesenta y cuatro años de bloqueo económico y comercial de Estados Unidos. Ni siquiera la disolución de la Unión Soviética a comienzos de los años noventa alteró esta situación. Desde el punto de vista estratégico, estos tres países se alinean definidamente con Rusia en la pugna estratégica por la guerra de Ucrania y asumen una posición pro palestina.

En el otro extremo existe una línea ideológicamente de centroderecha o incluso de ultraderecha, pero con menos cohesión que la anterior y sin un liderazgo aceptado formalmente. Su referente es el presidente argentino Javier Milei, quien asume posiciones de liberalismo extremo en lo económico y de firme alianza estratégica con los Estados Unidos.

En el proceso electoral estadounidense ha tomado posición a favor de Trump, participando incluso en actos políticos que forman parte de su campaña. Asume una posición “dura o punitivista” en materia de seguridad pública, un tema vital para la región, que tiene la mayor tasa de homicidios por habitante del mundo.

Con matices, se encuentra en esta línea el protagonista de la crisis reciente que protagonizaron Ecuador y México, el presidente ecuatoriano Daniel Noboa. Su gobierno está firmemente alineado con los Estados Unidos. En esto coincide con su predecesor, Guillermo Lasso, e incluso con quien fue el presidente anterior a él, Lenín Moreno. El presidente de Paraguay, Santiago Peña, tiene también una posición pro norteamericana e intenta establecer un buen diálogo con el presidente argentino, pero sin haber logrado avanzar demasiado en ello.

El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, es considerado de centroderecha y tiene buenas relaciones con Washington en materia de política exterior y agenda global. Pero la relación es distante con el presidente argentino, que representa la “anti política”, siendo su colega uruguayo un representante de la “política tradicional”.

En América Central, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, representa un gobierno de extrema derecha consolidado a partir de su éxito en materia de seguridad pública. Entre los presidentes de Argentina y El Salvador hay gestos de simpatía, pero se mantienen a distancia.

En cuanto a Perú, puede ubicarse también en esta línea, con un parlamento que tras la destitución del presidente de izquierda Pedro Castillo, ha asumido una posición que puede ser definida como de centroderecha.

Entre estas dos líneas se ubican los tres países más grandes en población: Brasil, Colombia y México. Este último ha sido protagonista del conflicto con Ecuador. El presidente López Obrador, que había hecho críticas al proceso electoral ecuatoriano, reaccionó enérgicamente frente a la irrupción policial ecuatoriana en su embajada en Quito, llegando a la ruptura de relaciones formales, cerrando su embajada y retirando sus diplomáticos. Su actitud ha sido respaldada a nivel internacional.

El gobierno mexicano busca mantenerse neutral frente a la elección presidencial estadounidense. Históricamente, la política exterior mexicana ha buscado involucrarse poco en los conflictos regionales, pero ha sido un país generoso en materia de asilo. Brasil y Colombia pueden ser definidos como países de centroizquierda moderada, que en las últimas semanas tomaron distancia del régimen venezolano, frente a los pasos autoritarios que ha dado ante a la elección presidencial de 28 de julio, en la cual Maduro será reelecto para un nuevo mandato. Chile, con el presidente Gabriel Boric, también puede incluirse en esta línea, aunque muestra algunos matices más cercanos a Washington en la agenda global.

Desde este punto de vista, estas tres líneas tienen referencias con las potencias globales, pero con matices y diferencias. Estados Unidos es sin duda la potencia dominante en el hemisferio en términos estratégico-militares. Su objetivo prioritario es frenar y contener la influencia china en la región.

Veinte años atrás, de acuerdo al FMI, todos los países iberoamericanos de América del Sur tenían una relación económico-comercial más intensa con Estados Unidos que con China. Ahora es exactamente a la inversa: en comercio y en inversiones en infraestructura, la potencia asiática lo ha superado. Impedir que esa situación se traslade al ámbito político-militar es prioritario para Estados Unidos en la región. México, por su parte, ha pasado a ser el primer exportador a Estados Unidos en el último año, en razón de la disminución de las exportaciones de China a dicho país, derivada del cierre del comercio estadounidense en determinados sectores a China.

La presencia rusa en lo estratégico-militar se da en las dictaduras. Entre ellas hay fuertes relaciones militares que incluyen también a Irán. América Latina es así un ámbito de pugna estratégica entre Estados Unidos y China.

* El autor es Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA