La culpa es nuestra

Nosotros elegimos a los mandatarios que cada día empobrecen más a la ciudadanía. Somos nosotros los que aceptamos como corderos, que malos dirigentes se entronicen en sus puestos y hagan desastres contra el pueblo. Somos nosotros los que callada y mansamente, seguimos viendo cómo nos roban, cómo nos degradan, cómo vamos de mal en peor. Y si somos nosotros los únicos culpables de lo que no está pasando, es hora de que despertemos, de que cambiemos, de que hagamos algo.

Sí, como dice el título: la culpa es nuestra. No tenemos que achacarle a los yanquis o a otros países, el desastre de país en el que estamos viviendo. Porque la culpa es nuestra. Solo nuestra.

Nosotros elegimos a los mandatarios que cada día empobrecen más a la ciudadanía. Somos nosotros los que aceptamos como corderos, que malos dirigentes se entronicen en sus puestos y hagan desastres contra el pueblo. Somos nosotros los que callada y mansamente, seguimos viendo cómo nos roban, cómo nos degradan, cómo vamos de mal en peor.

Y si somos nosotros los únicos culpables de lo que no está pasando, es hora de que despertemos, de que cambiemos, de que hagamos algo.

Acabamos de votar en las PASO y muy pronto elegiremos a los nuevos mandatarios que regirán los próximos años en nuestra tierra. Es entonces el momento adecuado para que pensemos profundamente, que veamos las cosas en su justo medio, que notemos que los malos dirigentes no pueden seguir actuando impunemente ante nuestros ojos, y nosotros, sin hacer nada. Es tiempo de que despertemos y comencemos a tener una mirada mas crítica sobre los que elegiremos para que enderecen a nuestro país. Para que lo saquen de la postración en la cual hemos caído.

No es posible que no nos demos cuenta de que ya el dinero no alcanza. Que estamos viviendo horas incomprensibles. Que no existe paz. Que la virulencia se ha enseñoreado en nosotros. Que los niños cada dia aprenden menos. Que los jóvenes emigran a otras tierras. Que así no podemos seguir. Es entonces el momento de despertar, de animarnos a cambiar, de hacer algo para que quienes sean elegidos, vean que hay una conmoción que ya no se puede desconocer. Que así no podemos seguir.

Pero para ello, nosotros – los culpables – debemos pensar, razonar y ver de otro modo el cómo elegir a los mejores para que nos saquen de este abismo en el que ha caído nuestro país. Y recordemos: lo que estamos viviendo es por nuestra culpa. Dejemos de achacarle ese mal a otros, porque somos nosotros los únicos responsables de lo que nos ocurre.

* El autor es abogado.

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