Una tribu originaria de Etiopía, en África, celebra una extraña tradición. Consiste en una competencia entre los hombres para convertirse en el más gordo de la comunidad. Sin embargo, esto no es nada fácil, ya que para lograr tal hazaña los participantes deben pasar por un arduo entrenamiento en el cual las mujeres les dan alcohol, les quitan el sudor y les cantan para mantenerlos despiertos y que puedan seguir comiendo.
En la tribu Bodi, los hombres con la panza más grande son los más deseados. La ecuación es sencilla: cuanto mayor sea el volumen abdominal, más atractivos serán para el resto de la tribu.
Para eso, la preparación y el entrenamiento para la ceremonia de premiación incluye rituales poco convencionales.
Los hombres que compiten en el concurso beben sangre fresca de vaca, combinada con leche fresca recién ordeñada durante los 6 meses anteriores a la selección.
Durante la ceremonia, el ganador del concurso se mide y es adulado por toda la tribu. Las mujeres y las niñas les traen leche cada mañana a los aspirantes con el fin de lograr un abdomen prominente. En algunos casos, logran duplicar y hasta triplicar su peso.
El único premio para el ganador es la fama y la adulación de sus compañeros de la tribu.