Las perspectivas del ajo se enturbian por la sequía, China y la demanda mundial

Si bien para este año se espera una merma de la producción en todo el mundo, no se sabe cómo se comportará la demanda ni cuál será la presencia del gigante asiático en el mercado.

Los integrantes de la cadena productiva del ajo aguardan con incertidumbre que se aclare el panorama de cómo se comportará el mercado mundial este año
Los integrantes de la cadena productiva del ajo aguardan con incertidumbre que se aclare el panorama de cómo se comportará el mercado mundial este año

Si bien la mayoría de los productores anticipa que se reducirá la superficie cultivada con ajo en Mendoza y en el mundo, la gran incógnita es si eso significará que aumentarán los precios. Es que, entre otros factores, se debe considerar el comportamiento de la demanda y la participación de China en el mercado internacional, que puede desestabilizar con muy bajos valores.

Ariel Zucarelli, productor y exportador de ajos, explicó que la temporada pasada fue de precios malos para el productor primario y para el resto de la cadena, porque los valores internacionales no fueron favorables. Ya en 2021-2022 el precio había empezado a caer y el 2022-2023 se desplomó porque hubo una superproducción en todo el mundo, con un incremento del 20% al 30% en promedio. La sobreoferta, planteó, hace que el precio baje.

En cuanto a lo que puede suceder este año, acotó que la falta de agua es un problema mundial y se sabe que, en el hemisferio norte, hay zonas sembradas con muchas dificultades para llegar al fin del ciclo por la sequía. Sin embargo, recién se podrá dimensionar el impacto de esto cuando se avance en la cosecha.

Zucarelli sumó que la gran incógnita siempre es China, principal productor mundial, ya que no se termina de conocer la disponibilidad hasta que entran en el mercado y un 10% a 15% de crecimiento en la oferta de ese país supera a lo que exporta la Argentina (tercer productor mundial). Y, cuando en el gigante asiático han tenido un buen año, aumenta mucho la cantidad de ajo muy barato en el mercado internacional.

Por otra parte, aún hay remanentes de stocks en cámaras frigoríficas. También hay nuevos “jugadores”, como Egipto o Perú, que ha empezado a crecer mucho en oferta. Con los países emergentes, resaltó, no se sabe si van a seguir los estándares históricos de crecimiento o si van a duplicar su producción de un año para el otro.

Si bien prefirió ser cauto con las estimaciones, manifestó que, cuando se reduce la superficie cultivada, hay menor oferta y esto debería mejorar el precio. Y esta reducción no sólo se daría en Argentina, sino que también se está anticipando en otros países productores; aunque volvió a mencionar que se debe esperar a ver qué sucede con China.

Fabián Fusari, presidente de Asocamen (Asociación de Productores, Empacadores y Exportadores de Ajos, Cebollas y Afines de Mendoza), indicó que saben que la superficie en España, segundo productor mundial, registra una reducción del 25% al 30%. Y que, además, han tenido una sequía extrema, que está impactando en la cantidad de toneladas por hectárea. Asimismo, mencionó que China también habría disminuido la siembra.

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Pero resaltó que otro factor a considerar es la demanda de los importadores. La temporada pasada, recordó, la inflación y devaluación, tanto en Estados Unidos como en Europa, principales mercados del ajo de calidad, hicieron que fuera tranquila. En definitiva, todo depende del bolsillo del consumidor, porque el ajo es un condimento y, cuando no puede comprarlo, mucho optan por no utilizarlo.

Maximilano Di Cesare, quien es productor y también gerente de Asocamen, señaló que cerca del 80% de la producción de ajo en Argentina va a Brasil y que, si bien en ese país viene creciendo la superficie cultivada, los brasileros son grandes consumidores de ajo, por lo que la producción local no alcanza para abastecer el mercado interno. Y, por ser ambos integrantes del Mercosur, el producto local no paga ningún tipo de arancel ni cuota antidumping (como sí sucede con el ajo chino).

Aldo López, investigador de la Estación Experimental Agropecuaria del INTA La Consulta y especialista en ajo, indicó que los productores deberían pensar en cultivar otras variedades también, además del morado que se exporta a Brasil. El blanco, acotó, es demandado por Europa, Estados Unidos y el sudeste asiático. Y el colorado es un cultivo tardío. De esta manera, si se diversifica, el productor se asegura que alguna de las opciones sea rentable, aún en los años difíciles.

Y sobre la preocupación que manifiestan desde el sector productivo, de que el aumento progresivo de la producción brasilera empiece a impactar en las exportaciones locales, el investigador del INTA consideró que, si se mejoran las variables en Argentina -principalmente las cargas tributarias y la brecha cambiaria- y se recupera competitividad, se puede sostener la cuota en Brasil, porque el costo de cultivar ajo en ese país es bastante más alto.

Sobre esto, Di Cesare comentó que están esperando que, después del 10 de diciembre, se produzca una unificación del tipo de cambio, que mejore la rentabilidad del sector. Planteó también que el lanzamiento del programa de incremento exportador, con un dólar agro, no funcionó como se esperaba, porque recién hace pocos días que empezó a estar disponible (antes, el sistema no permitía acceder al beneficio).

Y, además, la cotización de $300 ha quedado muy cerca de la oficial, que está en los $240,50, y, sobre todo, muy lejos del blue, que está rozando los $490. De ahí que esboce que, dado que está prevista su vigencia hasta el 31 de agosto, debería revisarse el valor de este tipo de cambio diferencial a partir de junio, para que cumpla con el objetivo de favorecer las exportaciones y, con ello, la entrada de divisas.

Ajo, salud, medicina
Ajo, salud, medicina

Destacan los beneficios del consumo

Desde el Fondo de Integración y Desarrollo del Ajo crearon, para este 17 de mayo, Día Mundial de Prevención de la Hipertensión Arterial, una campaña sobre los beneficios para la salud de consumir ajo en forma diaria: disminuye los niveles de azúcares y grasas en sangre, reduce la presión arterial y el colesterol y es regulador del ritmo cardíaco. Se sugiere consumir un diente por día, crudo y previamente molido.

En el 2000, la Legislatura provincial sancionó la Ley 6832, que establecía la creación del Fondo de Integración y Desarrollo del Ajo (FIDA, con el objetivo de promover la producción del ajo y sus derivados, la competitividad como herramienta de comercialización, el consumo en todas sus formas y su exportación en fresco o industrializado, entre otros. El Consejo de Administración está integrado por representantes del sector público y privado: IDR, INTA, Iscamen, Ministerio de Economía y Energía, y productores, empacadores y exportadores.

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