En 2022, la provincia exportó 5.759.128 kilos de aceite de oliva, lo que implica 1 millón más que en 2021 -cuando se vendieron al exterior 4.723.797 kilos- y marca un crecimiento interanual del 22%. Incluso, cuando se toman los datos de facturación, las noticias son más alentadoras, ya que se pasó de U$S 15.912.582 a U$S 20.612.654; es decir, se creció un 30% en los ingresos.
Estos números surgen de un análisis elaborado por el Área de Inteligencia Comercial de ProMendoza, en base a los datos del Indec y de la DEIE (Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de la provincia). El detalle también muestra que, en general, las exportaciones mendocinas cayeron un 9% en volumen y un 1% en el total facturado el año pasado, por lo que el comportamiento de las ventas al exterior de aceite de oliva responde a una dinámica particular.
Alfredo Cecchi, presidente de ProMendoza y empresario del sector olivícola, explicó que hace un par de años que España ha sufrido por la falta de lluvias. Y para entender el impacto que esto tiene, resalta que ese país es responsable del 50% de la producción de aceite de oliva del mundo, y la cuenca del Mediterráneo -Italia, Siria, Marruecos-, que también ha estado afectada por menores precipitaciones, produce otro 30% del total mundial.
Como, además, el territorio español ha tenido temperaturas muy altas, el volumen de producción mundial cayó entre un 20% y un 40%, lo que causó que el precio promedio histórico por tonelada, que era de U$S 2.500 a U$S 2.800 (2.550 euros), se elevara hasta los 3.500 euros en la cosecha anterior. Y dado que este año se ha mantenido la situación de sequía y calor por encima de lo normal, abortaron casi todas las flores y eso hizo que los valores se hayan elevado aún más, hasta alcanzar los 4.800 a 5.000 euros que vale ahora.
Cecchi sumó que, además, se ha cortado el stock de enlace, que implica que las fábricas se han quedado sin aceite para abastecer al mercado interno hasta la próxima cosecha, y mucho menos para exportar. Y planteó que ese incremento en el precio mundial se ajusta al 30% de suba en facturación que tuvieron las exportaciones mendocinas el año pasado.
En cuanto a las perspectivas para 2023, Cecchi detalló que el consumo mundial está cayendo porque en los mercados europeos y norteamericano, cuando un producto aumenta más del 20%, muchos consumidores buscan alternativas, sobre todo en un contexto inflacionario como el que han tenido. Pero también indicó que hay una franja que sigue comprando aceite de oliva y que la oferta mundial continúa por debajo de la demanda.
Esto hace pensar, indicó, que este año se puede volver a exportar una gran cantidad, porque la cosecha en España ya falló y los precios se mantendrían en los máximos históricos, mientras que la recolección en Argentina se produce a contra estación y va a tener un valor alto.
Mario Bustos Carra, gerente de la Asociación Olivícola de Mendoza (Asolmen), coincidió en que para el resultado que evidencian los números de ProMendoza fue fundamental que Europa haya tenido una muy mala cosecha y que los importadores del mundo le compraran más a Mendoza y los precios subieran. Y también coincidió en que este año, aparentemente, las perspectivas con similares: de menor oferta y valores altos.
Bustos Carra mencionó que las altas temperaturas también han tenido su efecto en el cultivo local y que, en algunas zonas, se ha tenido que iniciar la cosecha unos 10 o 15 días antes. Se trata de las aceitunas para conserva, que son las que se suelen empezar a recolectar a partir del 20 de marzo, pero este año se adelantó la tarea. Las aceiteras se cosechan a partir del 1 de mayo, pero es probable que esta temporada se comience el 20 de abril.
Por otra parte, el gerente de Asolmen señaló que habrá que esperar a ver qué consecuencias han tenido las tormentas de granizo, ya que varias han impactado en la zona productiva y la del fin de semana pasado fue de gran tamaño, que destruyó techos de tejas, lo que permite avizorar el daño que pueden haber sufrido las plantas.
Comportamiento desigual
Sin embargo, no todas las empresas entendieron que la situación fuera favorable para incrementar las exportaciones. Adriana Federigi, del Grupo Dibiagi, detalló que el año pasado centraron las ventas de aceite de oliva principalmente en los grandes compradores nacionales de aceite a granel. La decisión se tomó, precisó, en base a la baja cotización del dólar exportador, que desalentó la sostenida postura de exportación que la empresa ha tenido en los últimos años.
De hecho, la producción que tienen en Costa de Araujo (Lavalle) se destinaba en un principio a Estados Unidos y España, hasta que crearon una marca para el mercado interno y comenzaron a vender en el país. “Esperamos que para el 2023 la situación cambiaria nos posibilite reanudar nuestros vínculos comerciales con nuestros clientes de Europa y Estados Unidos”, planteó Federigi.
Cuando el ministro nacional de Economía, Sergio Massa, anunció un tipo de cambio diferencial en el desayuno de la Coviar (Corporación Vitivinícola Argentina), en el marco de los festejos vendimiales, muchos comenzaron a hablar de un “dólar malbec”, pero el ministro de Economía resaltó que se aplicará a las economías regionales, no sólo a la vitivinicultura. Sin embargo, se implementaría primero en el sector de la “industria madre mendocina”, a partir del 1 de abril, y no se sabe si la olivicultura estaría incluida en un futuro.
Al ser consultado por los números de exportaciones, Gabriel Guardia, gerente de Laur, lanzó que puede ser que hablen de aceite a granel, ya que con el fraccionado no se produjo ese incremento. Aún más, indicó que hay una empresa importante en la provincia que se dedica a la comercialización a granel, pero que, si bien está asentada en Mendoza, el producto proviene de Catamarca, San Juan y La Rioja, y se complementa con un poco del mendocino.
Guardia acotó que todos los días reciben ofertas de negocios en el exterior, pero no pueden cumplir con el precio ni con el volumen. Lo primero, debido a que la olivícola fue elegida número uno en el ranking mundial de AOVE en 2021 y nuevamente en 2022, lo que no es un dato menor si se tiene en cuenta que, tradicionalmente, los países europeos acaparaban los diez primeros lugares.
En cuanto al precio, el gerente de Laur señaló que, mientras todos los costos se rigen por el dólar blue, cuando exportan cobran al valor divisa, similar al dólar oficial. Esto los obliga, para tener una cierta rentabilidad, a aumentar el monto en dólares del producto. De esta manera, mientras España ofrece un aceite de oliva de la misma calidad a U$S 2,50, el local deben venderlo a U$S 5. Y suma que, de los 17 países a los que exportaban la marca, apenas les han quedado tres, porque no son competitivos.
Sobre la posibilidad de que el dólar anunciado por Massa se aplique a la olivicultura, Guardia lo consideró poco probable. Pero, además, cuestionó el modelo de país que se muestra a los clientes y la dificultad para generar confianza en este contexto.
Para ilustrar lo complejo de la situación, contó que tardaron dos años en armar un negocio para abastecer a 22 mil sucursales de autoservicios. En el último año, le pagaron el viaje, para que comprendiera la dimensión del negocio. Sin embargo, no alcanzaron a cumplir los 12 meses de exportaciones, porque los clientes no entendían que les debieran modificar el precio por la inflación o que tuvieran dificultades para conseguir botellas.
“Era un contrato para dedicarnos a venderles sólo a ellos, pero una vez que se cae no lo recuperás más”, lanzó Guardia. Y señaló lo contradictorio de que se realicen misiones comerciales para abrir mercados, cuando luego las condiciones no permiten sostener los acuerdos.
Largo plazo
Cecchi consideró que el incremento en las exportaciones puede generar un punto de inflexión para el sector primario, que venía con muy malos precios promedio y con fincas desatendidas. Desde el año pasado, indicó, se han empezado a cuidar nuevamente algunos olivares. Pero reconoció que se han hecho pocas inversiones y que se necesita un plan estratégico, como tiene la vitivinicultura, para brindar un horizonte de largo plazo que las favorezca. En esta línea, resaltó que un kilo de aceite de oliva se exporta, a granel, a U$S 5, mientras que un litro de vino tiene un valor entre 5 y 7 veces menor.
Alfredo Baroni, director técnico del Instituto de Desarrollo Rural, indicó que el sello IG, más el trabajo las empresas privadas, que han participado en concursos internacionales, ha permitido que Mendoza se instale como referente a nivel mundial, lo que se traduce en más exportaciones. Sin embargo, también mencionó que, si los elaboradores locales tuvieran más materia prima, podrían exportar más.
Y si bien indicó que este aumento en la demanda mundial respondió a factores de coyuntura -una helada muy fuerte en España y la disminución de la oferta de aceite de girasol por la guerra Rusia-Ucrania-, se debe trabajar en lo estructural. En este sentido, consideró que la IG es importante, porque Mendoza nunca va a poder competir con España en volumen ni precio, pero sí puede diferenciarse y tratar de insertarse en nichos de mercado.
Por su parte, Guardia planteó que, aunque los productos mendocinos se destacan en el mundo, no hay una política de Estado para el agro. Subrayó que Mendoza era la primera productora nacional de aceite de oliva y ahora está entre las últimas, por lo que se necesita un trabajo serio para recuperar la olivicultura. Como ejemplo, planteó que en los ‘90, se dio un diferimiento impositivo en otras provincias y la actividad creció allí.
Asimismo, resaltó que el consumo de aceite de oliva sigue creciendo en el mundo, porque el consumidor entendió que es parte de una dieta saludable, por lo que es necesario facilitar el camino a los grandes inversores, ya que es una producción que tiene futuro.
Están abiertas las inscripciones para certificar la IG
Los productores de aceituna y las empresas aceiteras que quieran certificar con el sello Indicación Geográfica Mendoza a sus Aceites de Oliva Virgen Extra para el ciclo 2023, ya pueden registrar sus propiedades y almazaras. Las inscripciones estarán habilitadas hasta el 31 de marzo.
La Asociación Olivícola de Mendoza (Asolmen) y el Instituto de Desarrollo Rural (IDR) informaron que los productores y empresas interesadas en certificar su aceite de oliva virgen extra con el sello de calidad Indicación Geográfica Mendoza se pueden inscribir personalmente en Cubillos 2100, edificio central, oficina 203 de Godoy Cruz, o bien, de manera virtual a través de los links: https://forms.gle/D2ZgSWpY1aCL6yWU8 y https://forms.gle/ewbxJTJjWFAaE5Ko6.
Entre otras condiciones, para poder certificar los AOVE con IG Mendoza, deben contar con un blend con varietal Arauco de entre un 20% y un 50% y pasar por estrictos análisis físicos, químicos y organolépticos.
Para más información, se puede consultar al 0261-6407028 o al mail abaroni@idr.org.ar.