El Calafate no es sólo glaciares y paisajes prístinos. Aquí también se fusiona el turismo con el ritmo de la vida patagónica. A comienzos del otoño, cuando los días son cada vez más cortos, es el momento en que más se disfruta esta zona. Marzo y abril son meses ideales. Siempre traen días de menos viento -a diferencia del verano- y paisajes que comienzan a pintarse de los colores de la nueva estación. A las estancias de la zona, como Nibepo Aike ubicada a orillas del Lago Argentino, el calendario rural los apura. En estos meses es preciso bajar el ganado -que está en los potreros de altura durante el verano- a corrales cercanos a la orilla del lago y así esquivar las primeras nevadas y heladas.
La escena es un espectáculo que se completa con un telón de montañas nevadas: un gran arreo que baja colinas y toma atajos por los campos irregulares. Una tradición que genera adrenalina a quien lo vive por primera vez y causa profunda admiración por la destreza de los gauchos, que parecen uno junto con su cabalgadura.
Este año el arreo se hará en dos partes: una en marzo y otra en abril y la estancia Nibepo Aike, que también trabaja con turismo permite que, quien lo desea, viva esta experiencia de tres días.
Al arreo se suma tiempo de trabajo en los corrales con los animales, según las atenciones que la hacienda requiera. Es un programa ideal para aquellos que gustan de las experiencias auténticas. Aquí se invita a vivir por unos días la vida del gaucho patagónico y a disfrutar de andar a caballo con expertos jinetes. Nunca falta la buena comida al disco, el asado de cordero patagónico ni tampoco los vinos para acompañar cada una de las comidas.
Fechas: 21 al 24 de abril. Se proponen 3 noches de pernocte en la hostería de la estancia con pensión completa y la actividad que propone el gran arreo. Consultas a hosteria@nibepoaike.com.ar
Fuera de esta actividad se podrá disfrutar de la estancia, de sus tareas diarias de campo, ordeñe por la mañana, suelta y arreo de ovejas y demostración de esquila, entre otras.