Una escuela albergue de Lavalle no ha empezado las clases por falta de docentes

Es la Francisco Antonio Rizzuto, ubicada en el paraje El Forzudo. Sucede porque no hay interesados en cubrir el cargo de director docente. Mal estado de los caminos, entre las causas.

El establecimiento tiene los niveles Inicial y Primario y la única maestra pidió licencia. La escuela alberga a los niños durante siete días y otros siete días se van a sus casas. | Foto: gentileza
El establecimiento tiene los niveles Inicial y Primario y la única maestra pidió licencia. La escuela alberga a los niños durante siete días y otros siete días se van a sus casas. | Foto: gentileza

La escuela albergue 8-382 Francisco Antonio Rizzuto, situada en el paraje El Forzudo, de Lavalle, no pudo iniciar el ciclo lectivo 2024 por falta de docentes. El establecimiento posee niveles Inicial y Primario.

La información fue confirmada a Los Andes por fuentes oficiales de la Dirección General de Escuelas (DGE), entre ellos el supervisor Rafael Barroso; el delegado Eduardo Andrades y la subinspectora María Juana Canillas, todos de la Regional Norte, que involucra a este departamento que posee varias particularidades, entre ellas el desierto.

En todos los casos se anticipó que se encuentran en plenas tratativas por resolver cuanto antes esta situación. “Es cierto, estamos en reuniones y abocados al inconveniente. Esta semana no pudimos albergar niños porque no contamos con docentes”, confirmó Barroso, mientras que Andrades aseguró que existen diversas variables para llegar a esta problemática.

“Posiblemente uno de los factores que más obstaculiza el interés es el tema de la movilidad. Salvo en algunos casos excepcionales en que hay transportes, muchos docentes deben desplazarse por sus propios medios”, indicó, aunque añadió que la zona desfavorable se paga el doble. “Es llamativo que no exista interés porque, insisto, se abona zona desfavorable un 100%”, dijo.

Por su parte, la subinspectora María Juana Canillas sostuvo que se están realizando los llamados de acuerdo con la normativa vigente y que los anteriores llamados quedaron desiertos.

“Hoy (por ayer) se hará un nuevo llamado para director-maestro”, manifestó. Agregó que habría una persona interesada en tomar el cargo. “Contamos con una matrícula de 10 alumnos que son ciudadanos con derechos, al igual que los docentes. Todos ellos le dan el verdadero sentido a la escuela y a la educación”, opinó. Y agregó: “No hay escuela sin docente”.

Los chicos llegan a la escuela por huellas y desde kilómetros. | Foto: gentileza
Los chicos llegan a la escuela por huellas y desde kilómetros. | Foto: gentileza

Samuel y Teo Riveros son mellizos, tienen siete años, comienzan segundo grado y son dos de los 10 niños afectados por esta situación. “Es muy triste y desesperante esta situación”, confesó Yanina Soria, su mamá, que vive a siete kilómetros de la escuela. La familia subsiste en base a la cría de animales.

Agregó: “La escuelita ya ha cumplido con toda la normativa que se requiere para que los docentes puedan tomar esos cargos que se ofrecen pero entendemos por todo lo que tienen que pasar para llegar a destino”.

“Como padres, estamos haciendo todo lo que está a nuestro alcance para que nuestros hijos regresen a la escuela. Incluso hay familias que ayudan a los docentes con sus propios vehículos. Es decir, se ocupan de los traslados los días de lluvia cuando los caminos se vuelven intransitables o en temporada de lluvias”, agregó.

Yanina sostuvo que es imperiosa la necesidad de que los docentes puedan tener acceso a la escuela sin riesgos y que los chicos accedan a la educación. “Un derecho básico”, dijo.

“Se han hecho muchos llamados ya y por el momento hay una sola docente que, según dicen, está de licencia por enfermedad. Por lo tanto, en este momento estamos sin director y sin docente”, reiteró.

Lo cierto es que los mellizos Teo y Samuel solo tuvieron cinco días de clase. Luego su maestra pidió licencia y no se consigue reemplazo.

“Ellos tienen siete días de albergue por siete en la casa. Están ansiosos por regresar a la escuela”, dijo su mamá.

Una situación generalizada

En un posteo realizado en Facebook, la docente Marcela Fabiana Fernández dejó en claro los distintos aspectos por los que debe atravesar un maestro rural.

Si bien ella dicta clases en otro establecimiento de Lavalle donde también se albergan alumnos (la escuela 8-363 Estanislao del Campo, en Arroyito) la situación es similar en todo este territorio inhóspito donde el clima y la geografía muchas veces no colabora con el acceso y obstaculiza la labor docente.

“Hoy nos sumamos a la lucha que tenemos todos los docentes. Somos docentes rurales y debemos transitar 148 km de ida y vuelta, todos los lunes, para poder llegar a nuestra querida escuela y después regresar a nuestros hogares”, señala el posteo de la maestra.

“Viajamos con temperaturas muy altas en el verano y en el invierno salimos de madrugada para cumplir el horario de entrada. Tenemos gastos con nuestra propia movilidad, hoy por ejemplo, por las malas condiciones del camino se nos movió un cable y estuvimos ‘tirados’ varias horas. Gracias a personas con un corazón solidario pudimos arreglarlo”, dijo.

“El gobierno paga transporte para los pequeños, pero a los maestros no pueden llevarnos ni traernos cuando podríamos ir y venir en el transporte escolar. Si esas personas que trabajan detrás de los escritorios supieran realmente lo que es ser docente rural, entenderían este reclamo. Cobramos un sueldo miserable que muchas veces no nos alcanza para arreglos, combustible, sobrevivir el mes, afiches, telas, cuadernos, etc.”, enumeró.

Según sostuvo Marcela, las escuelas albergues han quedado en total olvido en todos los sentidos. “Es muy triste y lamentable la situación económica que atravesamos todos los docentes y en el caso nuestro aún más”, finalizó.

Aunque Marcela trabaja en otro establecimiento aseguró que la situación es la misma. Una problemática que no se resuelve. “No se consiguen docentes por varios motivos: primero, por el marginal sueldo que tenemos todos los docentes; segundo, el ser docente rural genera un gasto extra. Tenemos gastos propios de nuestra movilidad como combustible, arreglos permanentes del vehículo, cubiertas, etc. Además, las escuelas albergues han quedado en un olvido total” insistió.

“Nadie viene ni siquiera a realizar un reacondicionamiento del establecimiento, por ejemplo, sin ir más lejos, se rompe un aire acondicionado, que son muy escasos en la escuela, y los que hemos conseguido han sido donados, tenemos que empezar a gestionar los arreglos nosotros mismos, y todo pensando en el bienestar de los pequeños”, resumió.

“El olvido es de parte del gobierno. Y es total”, aseveró. Concluyó: “En nuestra institución se gestiona todo por el bienestar de nuestros pequeños, por ejemplo pinturas, material de construcción para arreglar las paredes, etc. Y muchas veces, traemos materiales de nuestras casas”.

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