Las muertes de vacunados contra Covid llegan solamente al 0,04% de los casos

A pesar de algunos casos excepcionales, cualquiera de las vacunas contra el coronavirus siguen siendo la principal protección contra las consecuencias graves de la enfermedad, según los especialistas.

Afirman que los efectos secundarios son esperables ya que la vacuna no es un tratamiento sino una medicación preventiva. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Afirman que los efectos secundarios son esperables ya que la vacuna no es un tratamiento sino una medicación preventiva. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Científicos, médicos y especialistas del mundo entero lo han dejado en claro una y otra vez: la forma más efectiva de hacerle frente a la pandemia de Covid-19 es la vacunación. De la misma manera, coinciden en que no hay una vacuna que sea más recomendable que otra. La propia jefa del Programa de Inmunizaciones de Mendoza, Iris Aguilar, es contundente cada vez que aclara que la gente no puede elegir qué dosis le van a aplicar. “La mejor vacuna es la que nos toca”, resumió a Los Andes.

Durante los últimos días, algunas novedades relacionadas con personas que habían sido vacunadas con dos dosis y fallecieron con coronavirus (en el departamento de San Martín se registró uno de estos casos) o que debieron ser internadas con cuadros graves –como ocurrió con Susana Giménez- se convirtieron en noticia y causaron algo de preocupación. Incluso, algo similar se vivió con el fallecimiento del periodista Mauro Viale en abril de este año.

No obstante, especialistas consultados destacaron que se trata de “excepciones puntuales” y que tienen que ver con distintas causas relacionadas precisamente a los procesos biológicos. A nivel nacional, 0,04% de personas que recibieron la primera de las dosis de alguna vacuna falleció con coronavirus, mientras que si se tiene en cuenta a quienes recibieron las dos dosis y murieron, la cifra se reduce a apenas el 0,03%.

“Las vacunas han mostrado un perfil de seguridad adecuado. Esto quiere decir que el beneficio de vacunarse supera ampliamente a cualquier riesgo. Y no hay óbitos relacionados con la vacuna en Argentina. Los desenlaces que se han visto son asociaciones temporales que no tienen que ver con la vacuna, su composición o eventuales efectos adversos”, agregó la directora de Inmunizaciones.

Reducir las consecuencias graves de la enfermedad

“No existe ninguna vacuna en la Tierra, contra ninguna enfermedad, que tenga 100% de eficacia, si no, todas las enfermedades inmunodeprimibles estarían erradicadas. La única enfermedad erradicada del planeta por vacuna es la viruela. Por lo tanto, uno puede tener las dos dosis de vacuna contra el coronavirus, y aunque obviamente va a tener muchísimas menos chances de tener efectos adversos y potencialmente graves y fatales, la probabilidad está. Pero es una proporción mucho menor que en caso de no vacunarse”, sintetizó Aguilar.

La especialista aclaró que la vacuna no se coloca para disminuir el riesgo de contagio, sino para disminuir la probabilidad de tener formas o complicaciones graves. “Ocurre exactamente igual que con la vacuna antigripal. Uno se da la vacuna de la gripe, y puede hacer una complicación si pertenece a los grupos de riesgo. Pero probablemente tengás muchas menos chances de tener un desenlace fatal, como ocurre si no se hubiera vacunado”, insistió.

Al respecto, Sergio Saracco (ex ministro de Salud de la provincia y presidente de la Asociación Toxicológica Argentina) destacó que, al igual que ocurre con cualquier vacunación, la inoculación contra el coronavirus tiene que ver con procesos biológicos. “Dentro de estos procesos, intervienen un sinfín de variables. Porque cuando hablamos de un componente biológico, hay distintos aspectos a valorar, como tener en cuenta el tiempo que ha transcurrido desde que se aplicó esa persona las dosis”, detalló el médico.

Saracco destacó que suelen necesitarse entre tres y cuatro semanas hasta que el organismo empieza a generar anticuerpos, y recién en ese momento se comienza a observar inmunidad suficiente. “Siempre se habla de 30 días después de la inoculación. Cuando alguien es inoculado con antígenos para generar anticuerpos (en el caso de las vacunas que están en Argentina, se trata de un vector que introduce parte de las proteínas), el organismo reacciona ante ese antígeno del virus y responde de acuerdo a las características de cada persona. Pueden interferir la edad (a más edad, menos respuesta), que la persona esté atravesando tratamientos concomitantes (tomar corticoides u otro que pueda disminuir la respuesta inmunológica) o, por ejemplo, el consumo de sustancias. Por eso se hacía tanto hincapié al principio en la recomendación de no consumir altas cantidades de alcohol tras vacunarse”, sintetizó Saracco.

De la misma manera, el especialista destacó que la cuestión genética propia e innata de cada persona también tiene influencia, ya que hay personas que tiene menor posibilidad de generar anticuerpos. Y resaltó que la mortalidad general por coronavirus –que contempla a personas que no han recibido ninguna de las dosis de la vacuna todavía- está en 4,7% a nivel nacional, un valor mucho más alto y preocupante que el de las personas que fueron inmunizadas.

“Todas las vacunas tienen una alta efectividad, aunque nunca se habla de una que llegue al 100%. Es lo mismo que ocurre con cualquier tratamiento, siempre se habla de noventa y pico por ciento, pero no aseguran el 100%, ya que están todas estas variables de las que hablamos”, se explayó.

A modo de conclusión, Saracco destacó que los números son claves y contundentes al momento de entender la importancia de la vacunación. “La probabilidad de tener internaciones graves o muertes desciende sustancialmente cuando uno está inoculado, y los casos de muertes de personas vacunadas son excepciones puntuales y aisladas. Hay que tener en claro que la inmunización se trata de un proceso biológico, y que, por lo general, hay que esperar 30 días y dar tiempo para ver las respuestas”, destacó.

Efectos secundarios

Respecto a los efectos secundarios en quienes han recibido cualquiera de las dosis de las distintas vacunas contra el Covid-19, la directora de Inmunizaciones, Iris Aguilar, destacó que se han observado estas situaciones entre 4% y 5% de los mendocinos que recibieron la vacuna.

“En diciembre, al principio de la campaña de vacunación, advertimos una notificación muy importante de afectos adversos habituales y que son los descriptos en los ensayos clínicos, como fiebre, vómitos, diarrea, dolores de cabeza y dolores musculares. Se vieron especialmente en los primeros días, porque todos estaban pendientes de cualquier aparición de sintomatología. Pero después la notificación de efectos adversos disminuyó masivamente. Los eventos adversos que se ven con Sinopharm, que estamos terminando de completar, o de Covishield o AstraZeneca (la misma vacuna) son exactamente los mismos que se vieron con la Sputnik V, y en la misma proporción. No tenemos notificación de un incremento de eventos adversos fuera de lo común”, destacó Aguilar.

Al respecto, Saracco destacó que los efectos secundarios son esperables. “La vacuna no es un tratamiento, es una medicación preventiva. Lo que hacen los componentes es estimular la respuesta y anticipar al organismo. Cuando uno no tiene inmunidad y el virus lo ataca, depende de la capacidad de respuesta de cada organismo. Lo que hace la vacuna es que el organismo se prepare para un posible ataque del virus. En caso de ser atacado, el organismo ya tiene preparada una respuesta natural que se genera ante ese estímulo”, graficó Saracco, quien destacó que este estímulo genera anticuerpos.

“Estar vacunados no hace que se evite totalmente la infección, ya que muchos contagios posteriores pueden ser cuadros leves, mínimos y asintomáticos. Y si bien la vacuna no las elimina, reduce la posibilidad de presentar complicaciones severas y la mortalidad”, concluyó este especialista.

Aclaraciones sobre AstraZeneca y la trombosis

La directora de Inmunizaciones, Iris Aguilar, se refirió a la información errónea que circula y que ha llevado a que muchas personas que han tenido trombosis u otras enfermedades estén preocupadas y hasta se nieguen a recibir la vacuna AstraZeneca.

“Es importante aclarar que han sido 17 o 18 casos entre millones de vacunados y transmitir que el antecedente personal de trombosis, varices, trombosis venosa profunda, de eventos embólicos no son contraindicaciones para recibir la de AstraZeneca. Lamentablemente, vemos gente que con el bombardeo de información tiene miedo de colocarse esa vacuna y pierde esa oportunidad. No hay ninguna indicación médica válida basada en evidencia científica para colocarse una u otra vacuna”, aclaró Aguilar.

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